La edil de Democracia Orensana oficializa su ruptura con Gonzalo Jácome

Democracia Orensana se fractura. Una de las dos concejales de la formación independiente en el ayuntamiento de la ciudad de As Burgas, Susana Gómez Valencia, ha presentado este martes su dimisión como edil de la corporación. Se trata de la oficialización de un divorcio gestado a lo largo del último año y que tiene que ver con las desavenencias visibles entre el líder de esta formación, Gonzalo Pérez Jácome, y su compañera de partido. Aunque ambos aterrizaron como «azotes contra los corruptos» y con un cuestionamiento implícito del sistema político, las diferencias en las «formas y el fondo» imposibilitaron la continuación de un ticket que ha removido la convulsa vida municipal orensana y que ha provocado que prácticamente todo el gobierno socialista pasase parte de su tiempo en los juzgados .

Las estridencias del «peculiar» Jácome fueron contenidas durante este mandato por la «dulzura» de su compañera. Mientras el portavoz rompía con todas las reglas y usos políticos , Gómez Valencia revisaba facturas y descubría «excesos y fraudes en la gestión socialista». Ambos comparecían en la televisión del concejal e impartían doctrina cultivando una «desconfianza hacia el poder público y los partidos». El PSdeG se lo puso fácil y los independientes lo aprovecharon. Sin embargo, el tiempo demostró que el previsible y relativo éxito electoral de Democracia en los próximos comicios no es suficiente para seguir.

A Gómez Valencia, profesora de música, le gusta la política y rechaza las formas de Jácome y el líder no está dispuesto a admitir las exigencias de su «amiga». El resultado es la deserción y el probable regreso de Susana encabezando la lista de Ciudadanos. El portavoz de DO dice que encontrará el relevo y que será alcalde «porque en Orense se da la tormenta perfecta» y Gómez sólo anuncia que se va, pero no dice hasta cuándo.

El candidato popular, Jesús Vázquez, se limitó a decir a ABC que «es un capítulo más de la historia de estos cuatro años» , y contrapone su oferta de «moderación y normalidad». Los socialistas, tras mantener enfrentamientos sostenidos guardan silencio y mantienen el recelo habitual hacia un concejal que puso luz sobre su discutida gestión, pero que dinamitó las formas y se excedió en los usos aceptados pro la mayoría en democracia.