Castiñeiras se desdice y niega ahora haber cogido o abierto cartas de sus vecinos

El autor confeso del robo del «Códice», José Manuel Fernández Castiñeiras, ha vuelto a sentarse en el banquillo de los acusados este jueves, esta vez por el supuesto robo continuado de correspondencia de sus vecinos, un juicio que se pospuso en enero en su día por el ingreso del sospechoso en el hospital por una indisposición repentina.

En esta ocasión, Castiñeiras sí ha contestado a todas las preguntas de Fiscalía y de acusación. Pese a que en su declaración ante el instructor reconoció que cogía cartas, ahora se desdice y asegura que el escrito en el que se recoge ese testimonio, lo rubricó «aturdido».

«Llevaba tres días sin medicación. Firmé lo que me pusieron delante. Si me hubieran puesto mi sentencia de muerte, la habría firmado igual», ha indicado. Así que, sostiene que ni cogió ni abrió misivas de sus vecinos, pese a que aparecieran en su piso de Milladoiro, un trastero y una casa en la localidad costera de A Lanzada.

Del mismo modo, ha atacado al magistrado que llevó la investigación, José Antonio Vázquez Taín , que llegó a «burlarse» de él. A preguntas de su letrada, ha intentado insinuar que fue la Policía quien colocó las cartas en el piso de Castiñeiras. Además, ha tratado de argumentar una desprotección al ser arrestado que no ha podido probar.

Como ya había ocurrido en el juicio por el robo del «Códice» , la abogada de Castiñeiras, Carmen Ventoso, ha centrado su estrategia sin éxito, durante el tiempo de cuestiones previas, en buscar la anulación del proceso por diferentes cuestiones, como anulación de las escuchas en su domicilio, la necesidad de esperar a la sentencia del caso del manuscrito o a la incompetencia del juzgado para la causa.