Juicio por el robo del «Códice»
La defensa de Castiñeiras no logra que Fiscalía ni Cabildo rebajen su petición de cárcel
El fiscal pide la pena «más grave» para «un hombre con un afán desmesurado por el dinero». La abogada del ladrón confeso insiste en que los vídeos «están manipulados»
Ninguno de los argumentos esgrimidos por la defensa del ladrón confeso del robo del «Códice Calixtino» logró finalmente rebajar la petición de cárcel inicial de Fiscalía y Cabildo. Transcurridas diez jornadas de juicio, ni los alegatos de la letrada de Manuel Castiñeiras ni los testimonios de los cerca de cincuenta testigos que desfilaron ante el tribunal fueron suficientes para mover a fiscal y abogado de la acusación de sus posiciones de partida, fijadas en los 15 y 31 años de cárcel, respectivamente. Es más, en el caso del letrado de la Catedral, José Antonio Montero, el abuso de confianza para con los canónigos del templo compostelano supone un agravante que ha de ser tenido en cuenta por el juez encargado del caso.
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En su discurso de conclusiones, el fiscal, Antonio Roma, consideró probado que el electricista sustrajo de la Catedral un montante de 2,4 millones de euros, además del «Códice Calixtino», por lo que solicita «la pena más grave». En opinión del Ministerio Público, que se mostró especialmente beligerante en su intervención, el principal acusado es «un hombre con un afán desmesurado por el dinero». «Castiñeiras disfrutaba en la intimidad contando el dinero de una manera llamativa , sin que le importase un bledo tener a su mujer colaborando de la economía», indicó Roma para aclarar que el inculpado «distingue perfectamente entre el bien y el mal». «Lo que ha perdido es cualquier estímulo ético», sentenció el fiscal ante la mirada impávida del electricista.
Ni banqueros, ni políticos
En un plano más amistoso, Roma se refirió al papel que la esposa y el hijo del imputado pudieron jugar en esta rocambolesca historia. Para el fiscal, el discurso de su familia «es coherente», aunque entiende que ambos eran conocedores de que no había ingresos aparentes cuando participaron en la adquisición de una vivienda en la playa que se pagó al contado.
En la misma línea argumentativa, el abogado de la acusación particular puso sobre la mesa las dudas que llegado al final del proceso mantiene sobre la culpabilidad, o no, de la mujer y del hijo de Castiñeiras, para los que piden año y medio de prisión. «El posible conocimiento de la realidad de su marido y padre puede exigirse a personas que se presuma saben de esa realidad como banqueros, infantas, políticos o profesionales pero no, y sin querer ofender, a doña Remedios y a don Jesús», justificó para dejar «esta difícil labor» en manos del tribunal.
El representante de la Catedral también aprovechó su turno de palabra para recordar que la basílica «es la víctima» y que fue su moral interna la que impidió que denunciasen la falta de dinero de las arcas del santuario durante más de un lustro. «Aquellas personas que han sido educadas dentro de códigos éticos tales como no juzgar y no seréis juzgados [...] difícilmente pueden asumir la obligación de denunciar».
Durante su intervención, la letrada del electricista retomó las razones esgrimidas en la primera jornada de juicio para tratar de tumbar todas las pruebas aludiendo a que las sonorizaciones domiciliarias fueron ilegales. A propósito de las grabaciones que muestran a su cliente saqueando la caja fuerte del templo, la abogada manifestó que «están manipuladas» y que son producto de un «corta y pega».