El ladrón confeso del «Códice» padece un trastorno mental, según su psicólogo

El tribunal que lo juzga visionó los vídeos en los que el electricista aparece, linterna en mano, saqueando la caja fuerte de la Catedral

El ladrón confeso del «Códice» padece un trastorno mental, según su psicólogo efe

p. abet

El esperado golpe de mano que para la defensa del acusado por el robo del «Códice Calixtino» podría suponer la declaración en sala de su psicólogo de cabecera se quedó este martes en un mero amago. Según el testigo, Manuel Castiñeiras padece un síndrome acumulativo que lo lleva a «recolectar» documentos de todo tipo para rebajar sus niveles de ansiedad, entre ellos, también dinero. Esta patología, que en el caso del electricista podría lindar con un Trastorno Obsesivo Compulsivo , fue detectada por el especialista cuando su esposa acudió con él a la consulta, después de su detención.

El informe de este psicólogo — que no es oficial y no tiene valor de imputabilidad— descarta la cleptomanía en el caso de Castiñeiras arguyendo que de padecerla «habría tenido problemas con la Justicia mucho antes». Acerca del comportamiento de este tipo de pacientes, el experto afirmó que «no pueden controlar los impulsos de coger cosas» y que son más ordenados que los que sufren Diógenes. Como ejemplo de la necesidad que el ladrón confeso tiene de rodearse de documentos, el psicólogo comentó que mientras éste estuvo encarcelado se dedicaba a guardar todos los tickets de la cafetería de la cárcel. Unos resguardos de los que «no se deshizo ni al quedar en libertad». Sin embargo, el visionado de las grabaciones de la cámara de seguridad del despacho del administrador que se realizó al final de la sesión de este martes muestra a un Castiñeiras tranquilo y parsimonioso que escruta papeles, armarios y cajones, se pone las gafas para abrir y leer cartas personales, mete la mano en la caja fuerte y se guarda fardos de billetes en bolsillos delanteros y traseros.

Lo hace con una serenidad pasmosa que le permite estar en este habitáculo privado durante un largo espacio de tiempo decidiendo y seleccionando con el mayor de los cuidados. Tanto es así que, en muchos de los casos, el electricista de la Catedral se va del despacho sin llevarse nada, lo que choca con la «ansiedad» por acumular a la que se refiere el informe psicológico analizado en la sesión de ayer. La docena de vídeos reproducidos durante la novena sesión del juicio permitieron ver al acusado entrando en el despacho con una linterna para evitar que el sensor de la puerta lo dejase a oscuras. Algunas de estas grabaciones se correspondían con visitas que el electricista hizo al despacho del administrador en 2009. Otras son de apenas un mes antes de su detención, en el mismo verano de 2012, cuando los investigadores ya habían iniciado sus pesquisas en la basílica y después de que el propio Castiñeiras hubiese sido interrogado. La reproducción de las pruebas documentales se retomará en la sesión de hoy, la décima del mediático juicio.

El ladrón confeso del «Códice» padece un trastorno mental, según su psicólogo

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