Pedro Puy ejerce de látigo en un pleno que augura consensos

La comparecencia del presidente de la Xunta para hablar de las medidas de impulso democrático se vistió con la expectación que generan los debates importantes. Y eso que como recordó el propio presidente Feijóo, «yo no lo elijo el formato, lo indica el Reglamento». Paró así los reproches retóricos de la oposición por las limitaciones reglamentarias. Sin embargo, el nivel del debate salvó los obstáculos y el escepticismo que planeaban al comienzo. Feijóo sorprendió con sus cinco leyes en cincuenta días, lo que obligó a la oposición a posicionarse.

Pedro Puy, habitualmente moderado, estuvo especialmente brillante y mordaz. Compareció desde el minuto uno con la intención de situar a la oposición y destacó sus contradicciones. Se notaba que en eso de buscar el acuerdo había puesto empeño, y rechazó los argumentos impuestos en el seno de los socialistas para justificar el «no» a las medidas que en noviembre había pedido Besteiro . Los diputados que olfateaban los pasillos certificaron ese salto adelante con una crítica más ácida. Incluso la bancada de la mayoría refrendó la contundencia del portavoz con sucesivos aplausos. Puy cerró su actuación blandiendo el convenio de Povisa que los socialistas creían oculto y estaba casi visible en el portal de la Xunta.

Ahora sólo queda convertir las intenciones en leyes y Feijóo tiene intención de hacerlo pronto. La Xunta ve posiblidades de pactar algunas medidas con socialistas y BNG. Los demás portavoces también tuvieron momentos de gloria. Méndez Romeu coló una cita bien construida que sorprendió a los suyos. La frase era de Rousseau y decía: «Las leyes pueden frenar a los hombres pero no los van a cambiar». La bancada socialdemócrata aplaudió con entusiasmo la mesura y la eficacia de un parlamentario canónico.

Para sorpresa de todos, el portavoz de AGE, Xosé Manuel Beiras, leyó la Constitución y pidió apoyo para la familia. Tal cual. El hemiciclo estremeció y Feijóo tomo nota de la petición del líder rupturista. En su turno de cierre el presidente de la Xunta respondió que apoyaría a la familia y cumpliría la «Constitución de todos».