El Sergas penalizará a las empresas si su maquinaria acumula averías

El Sergas está a punto de culminar la primera compra de equipos de alta tecnología para los hospitales gallegos con un nuevo método de contratación novedoso en el sistema sanitario español. Con él, pretende sustituir la rigidez de los tradicionales pliegos de condiciones por un procedimiento en el que la Consellería de Sanidade se sienta a negociar abiertamente con empresas interesadas que hayan sido preseleccionadas con anterioridad. El objetivo es que la oferta se ajuste lo máximo posible a las necesidades del centro médico en cuestión. Los cambios los ha explicado este lunes Antonio Fernández-Campa, gerente del Sergas. Entre las novedades se encuentra que las adjudicatarias de esta maquinaria —cuyos contratos durarán ocho años— tendrán que hacerse cargo del transporte, la instalación, el mantenimiento, la actualización e incluso la formación de los profesionales que vayan a manejar los equipos.

Y para que la administración tenga mecanismos para actuar en caso de incumplimiento, las empresas cobrarán a lo largo de ese periodo en función de la disponibilidad de la maquinaria. Es decir, si acumulan problemas o averías que imposibiliten su uso, las compañías sufrirán deducciones en la cuantía que deberían recibir. Se monitorizará mes a mes y se revisará semestralmente. Por debajo de tasas del cincuenta por ciento, el Sergas podría incluso proceder a la rescisión del contrato.

Con este sistema, al que han denominado «diálogo competitivo» y que ha necesitado informes de la Intervención General del Estado, se contratará en primavera la alta tecnología del hospital de Vigo, la radioterapia en Lugo o se renovará el TAC de Valdeorras. «Ninguna comunidad autónoma está comprando en estos momentos alta tecnología. Y nadie lo hace así», comentó Fernández-Campa, quien ve en esta fórmula la idónea para evitar que estas inversiones se resientan con la crisis.

Los paquetes que se están a punto de adquirir —con un presupuesto de 88 millones de euros— se dividen en tres lotes. El uno absorbe el 63 por ciento e incluye diagnóstico por imagen como las mamografías y medicina nuclear. El dos, con el 6 por ciento, se refiere a intervenciones guiadas por imagen en cardiología. El tres, que acapara el 31 por ciento restante, abarca las técnicas en torno a la radioterapia.

Uno de los inconvenientes de esta opción es que los procesos de contratación —desde su inicio hasta que culminan— son más largos que de costumbre. En marzo se adjudicará este primer paquete y un mes después los contratos quedarán formalizados.