Pazguato y fino

Sonrojos catedralicios

A Castiñeiras lo pillaron porque su odio al exdeán le llevó a robar el Códice

José Luis Jiménez

La Catedral no está saliendo bien parada del juicio del Códice. El borroso retrato que ya teníamos de la institución y que conocimos tras el robo no era el mejor, pero los detalles que estamos conociendo estos días exigen algo más que meras apelaciones a la buena fe cristiana.

No es de recibo que durante diez años se estuviese robando de las arcas catedralicias y hubiera un administrador que ignoraba las advertencias del contable . Si esta persona hubiese obrado con diligencia y profesionalidad, se habría evitado el desfalco de Castiñeiras, que cada año sisaba un poquito más , viendo que nada pasaba en la santa casa del Apóstol.

Inventarios que nunca se hacían, arqueos mensuales necesarios pero pocas veces realizados, seguridad inexistente o de deficiente mantenimiento y, lo que genera más dudas, negligencia reiterada que lleva a preguntarse si había algo más, si la opacidad era casual o no.

Hay una certeza que este proceso judicial está generando: a Castiñeiras lo pillaron porque su odio al exdeán le llevó a robar el Códice. Sin ese traspiés, quién sabe si hoy seguiría visitando el Archivo y saqueando su patrimonio. Y mientras tanto, entre todos estaríamos pagando la restauración de una Catedral que no llegaría a fin de mes.

Sonrojos catedralicios

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación