Homenaje al amor longevo y eterno

En La Coruña se organizó una recepción con 88 parejas herculinas que cumplieron sus bodas de oro

Homenaje al amor longevo y eterno efe

D. fernández

Si cincuenta años y un día bien pueden parecer una condena, al ser efeméride de una boda no pueden más que considerarse la «cadena perpetua de un abrazo» que escribió Antonio Gala. Es por ello que vale la pena alabar públicamente a los que pueden celebrar el placer de haber compartido una vida juntos y desde el ayuntamiento de La Coruña así lo han querido hacer. En una iniciativa pionera en la ciudad, en el Salón de Sotavento del edificio Palexco herculino se reunieron este domingo las 88 parejas a las que se rendía homenaje. Cada una de ellas dueña de su historia y compartiendo con las demás sus recuerdos y vivencias personales.

Fotos de grupo, bromas entre los asistentes y cada uno de ellos buscando su sitio a la mesa. Alguno incluso preguntaba el resultado final del partido del Deportivo, dado que el horario no le había permitido ocupar su sitio en el estadio. Hasta el buen tiempo se quiso sumar a la fiesta y permitió que los asistentes gozasen de un sol radiante. Les esperaba una tarde inolvidable, con una comida y el posterior baile de gala en el hotel Finisterre.

Entre todos, uno de los que más emocionado se mostró con el acto fue el alcalde coruñés, Carlos Negreira, que no dejó pasar la oportunidad de acercarse a cada uno de los matrimonios para agradecerles su presencia. De hecho, calificó el encuentro de «escuela de sabiduría y superación» y resaltó la «ilusión» que se percibía en el ambiente. Del mismo modo, el regidor valoró el papel de estos matrimonios como testigos y artífices de la transformación de la ciudad en el último medio siglo.

Proyectos e ilusión

Una de las notas curiosas de la recepción la ponía la presencia del imponente crucero «Oriana», atracado en el puerto y visible desde las cristaleras, que parecía invitar a los presentes a animarse a disfrutar de uno como colofón a la celebración. «Habrá que pensárselo, porque la verdad es que nos lo merecemos» decía una de ellas.

Más allá de las recurrentes y cariñosas bromas sobre el matrimonio como un episodio que marca el final de la juventud, al final, uno de los asistentes resumió con ironía la esencia del encuentro: «Si hubiese sido hoy, habría vuelto a cometer el mismo error que cometí hace 50 años».

Homenaje al amor longevo y eterno

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