entrevista a ulises bértolo
«Llevar un caso a buen puerto es un trabajo importante, acabar un libro es heroico»
Bértolo, abogado y escritor, analiza para ABC el éxito de su primera novela a través de Internet que ahora da el salto al papel, «La sustancia invisible de los cielos»
En un mundo lleno de documentos jurídicos, Ulises Bértolo se propuso escribir su primera novela. Una manera de escapar por unos minutos de su gran pasión, la abogacía, que lo ha llevado a representar a personas tan reconocidas como el exdiputado Pablo Cobián. Entre robos al sueño, importantes dosis de misterio e intriga y un hilo musical que traspasa las fronteras de las letras nació «La sustancia invisible de los cielos», éxito rotundo en Amazon a raíz del primer concurso «indie» y, desde este mes, en pleno viaje sobre papel.
—¿Qué hay de escritor en el abogado Ulises Bértolo y qué hay de abogado en el escritor Ulises Bértolo?
—Las dos cosas están interrelacionadas. La afición por la escritura la tuve siempre. Como abogado me dedico a escribir todos los días escritos de carácter jurídico. Ya en ese momento, uno intenta contar algo, convencer a los demás de lo que cuenta, con lo cual eso es una forma de desviar después ese tipo de escritura hacia la ficción.
—Últimamente hemos visto cómo personas dedicadas al mundo jurídico han empezado a publicar libros. ¿Cree ético utilizar un caso como hilo argumental de una novela?
—En mi caso concreto, no lo haría. Hay que separar muy bien una cuestión de otra. En el ejercicio como abogado conoces los problemas de las personas y, por lo tanto, estamos sujetos a una confidencialidad que hay que mantener tanto en la ética como en la estética.
—¿Es más difícil ganar un caso o escribir un libro?
—Son cosas distintas. Llevar un caso a buen puerto es un trabajo importante porque tienes que estar con todos los sentidos encima de él. Escribir una novela y teminarla es en sí mismo un acto heroico. Lo único que me había planteado en un principio era eso: poder llegar a culminar una novela.
—¿Cómo y por qué nace «La sustancia invisible de los cielos»?
—Nace de las ganas de crear una historia. Cuando empecé la novela sabía lo que quería escribir. Había dibujado y configurado los personajes, aunque con el proceso de la escritura, éstos van evolucionando. La música es el telón de fondo de la historia y también ha tomado una importancia en el carácter de los personajes.
—Precisamente, hay un gran conocimiento musical por detrás de la historia. ¿Es también músico?
—No toco, pero me gusta desde hace tiempo la música clásica. Y esa afición me sirvió porque consideraba que ese estilo de música me daba la coartada para contar una historia de misterio.
—En el monasterio de Oseira habita el enigma de la novela. ¿Por qué escogió ese lugar?
—No es casual. El monasterio de Oseira tiene una gran carga simbológica y contiene las claves que sirven para desarrollar el resultado final del libro.
—Arrasó primero en Amazon antes de dar el salto al papel. ¿Es más fácil triunfar en formato electrónico?
—Es muy complicado en todos los casos. En el ámbito del formato electrónico me presenté a un concurso donde se presentaron unos mil autores. Tuve un poco de suerte, que el libro empezase a ser bien valorado y el poder hacer durante agosto una campaña de promoción en blogs que me funcionó medianamente bien. A partir de ahí tuve la oportunidad de recibir ofertas de editoriales. Era un sueño el poder pegar el salto de publicar en papel.
—¿Internet ha desvirtuado el papel o le ha conferido mayor prestigio?
—Creo que son complementarios. La mejor opción posible es poder combinar las dos posibilidades. El formato electrónico permite llegar de una forma más inmediata a mucha más gente, superar fronteras, es una gran posibilidad. La posibilidad incluso de que una persona pueda publicar y acceder desde ese mismo momento a público. Hoy en día, tal y como está el panorama, es complicado publicar en papel.
—¿Han pasado de moda los libros?
—No lo creo, pero sí hay una menor cultura de lectura. Cuando empecé a escribir me interesaba ser preciso, pero también llegar a un público amplio. Algunas de las valoraciones que me llegaron fueron de personas que no tenían la costumbre de leer y que habían leído mi novela, la única que habían leído. El problema es que hoy tenemos demasiados estímulos a nuestro alrededor, la vida va demasiado rápida y, quizás, la lectura colisiona con el factor tiempo del que dispone la gente.
—¿Sigue escribiendo?
—Sí. Llevo muy avanzada una segunda novela y estoy muy centrado en ella. Insisto en nuestra tierra, en Galicia.
—¿Sus clientes le han pedido un ejemplar de la primera?
Sí. Y me hubiera sentado bastante mal que no me la hubiesen pedido (Risas).