David Cal y Javier Gómez Noya, campeones «marca Galicia»
El piragüista y el triatleta, pese a las dificultades que han sufrido en su carrera, son dos de los más grandes deportistas gallegos de la historia
Muchos son los deportistas que escriben páginas de oro en la historia del deporte, que son recordados por sus triunfos y que sirven como referencia para las generaciones siguientes, pero son solo unos pocos los que tienen algo más que los hace especiales. Ellos, además de sus éxitos deportivos y su innegable talento, cuentan con una historia detrás que les convierte en mitos. Este es el caso de dos de los mejores deportistas que ha dado Galicia en su historia, el piragüista David Cal, y el triatleta Javier Gómez Noya. Menos de 6 meses de vida les separan y es mucho más lo que les une. Unas cualidades excepcionales, trabajo duro y un camino lleno de escollos son el denominador común entre ambos.
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Los Juegos de Londres 2012 marcaron un antes y un después en ambos casos por motivos diferentes. Para Cal, era un nuevo episodio en su leyenda , la quinta medalla que le convertía en el olímpico español más laureado tras superar las cuatro de Joan Llaneras y Arantxa Sánchez Vicario. Gómez Noya, por su parte, entraba con su plata en el club de galardonados tras quedarse con la miel en los labios con su cuarto puesto en Pekín, donde Cal fue abanderado.
El triunfo del método
Es evidente que en las disciplinas en las que destacan ambos deportistas se necesita de grandes dosis de entrenamiento, pero en el caso de David Cal su preparación cobra, si cabe, una importancia aún mayor. Su entrenador, Jesús Morlán, es uno de los grandes artífices de su éxito. Para hacerse una idea de la meticulosidad de su trabajo basta con saber que guarda todos los entrenamientos de la vida deportiva de su pupilo en un ordenador que jamás piensa conectar a internet por miedo a que un virus corrompa sus archivos.
En el mismo sentido, resulta extremadamente gráfica la anécdota sobre la estrategia seguida en la última cita olímpica. Debido a que en el lugar donde se celebraba la prueba de canoa el viento castigaba sobremanera a los zurdos , el de Cangas forzó llegar en tercer puesto en la semifinal para correr la final en la calle 7, más resguardada del aire que las centrales. Los resultados obtenidos con este modo de trabajo le han valido a Morlán para ser elegido como preparador del equipo brasileño. Este fichaje, unido a algunos problemas para seguir financiando su carrera en España, han llevado a David Cal a acompañar a su mentor en su aventura carioca con el objetivo de cerrar en Río 2016 un círculo que abrió en Atenas 2004 con un oro y una plata.
Todo corazón
Y si ha sido en los últimos años de su carrera en los que Cal ha encontrado trabas para desarrollar su pasión por competir, Gómez Noya llegó a sufrir un verdadero calvario en la etapa en la que era poco más que una promesa del triatlón internacional. En 1999 le fue detectada una grave anomalía cardiaca que le llevó al borde de la retirada. De hecho, el Consejo Superior del Deporte español, intentando velar por su salud en un momento en el que estaban tristemente de moda las muertes súbitas en deportistas, le retiró la licencia para representar a España en carreras internacionales. Desde ese momento, Javier empezó su recorrido más duro, el de demostrar que no solo tenía una talento extraordinario pese a su enfermedad, sino que estaba capacitado para competir sin poner en riesgo su vida. Tal fue su frustración, que el triatleta llegó a plantearse la posibilidad de acudir a los campeonatos bajo la bandera suiza, país donde nació y del que regresó con apenas tres meses de edad.
Tras ser avalado por especialistas, así como asegurar por activa y por pasiva que entendía y asumía los riesgos , en noviembre de 2003 recuperó su licencia. A pesar de tener únicamente tres semanas para preparar el Mundial sub-23, se presentó en Nueva Zelanda y ganó el campeonato. Era solo una muestra de su hambre de títulos y de lo que vendría después.
Aunque el ferrolano llegaba detrás de otro gallego que estaba siendo una de las grandes figuras de este deporte como Iván Raña, demostró rápidamente que rompería todos los registros. El 2007 sería su primer gran año como sénior, ya que consiguió la victoria en el Europeo y el segundo puesto en el Mundial. A partir de ahí y hasta laactualidad, no dejó de crecer. De este modo ha logrado labrarse un palmarés casi interminable en la élite. Tetracampeón mundial, tricampeón europeo, ganador de siete series mundiales, catorce copas del mundo ITU y un largo etcétera, culminado todo ello con la plata olímpica de Pekín construyen el historial de una leyenda.
La vida después de Río
Los dos genios gallegos tomarán caminos bien diferentes tras la próxima gran cita olímpica, la de Río de Janeiro 2016. Mientras David Cal optará, a menos que su gran espíritu competitivo se lo impida, casi con toda seguridad por la retirada, Gómez Noya parece que empezará una nueva etapa en su carrera deportiva. Todo apunta a que pasará a dedicarse en cuerpo y alma a las pruebas extremas como el «Ironman», en las que ya ha hecho incursiones. Este, formato, que comparte las disciplinas del triatlón, consta de 3,84 kilómetros a nado, 180 de bicicleta y 42,2 de carrera a pie, esto es, el equivalente a una prueba de fondo a nado, una etapa de una gran vuelta ciclista y una maratón completa seguidas. Un verdadero desafío físico a la altura de muy pocos elegidos.
Lo único que a estas alturas parece claro es que, con 34 y 33 años que tendrán para la fecha respectivamente, el Cristo do Corcovado será testigo de excepción de la última participación en unos Juegos de los dos deportistas individuales que con sus éxitos han sido el mayor orgullo de Galicia durante las últimas décadas.