Castiñeiras alega un cuadro de estrés que deja en el aire el juicio del «Códice»

El ladrón confeso del manucristo fue hospitalizado ayer en O Salnés una hora antes de ser juzgado por robar cartas a sus vecinos, lo que obligó a posponer la vista pese a que por la tarde recibió el alta. Será examinado por un forense

Castiñeiras alega un cuadro de estrés que deja en el aire el juicio del «Códice» efe

Abraham Coco

Eran las 9.30 de la mañana y debía comenzar el juicio, pero nadie sabía dónde estaba el acusado. «¡José Manuel Fernández Castiñeiras!», se vociferaba. Nadie respondía. Poco después, la sorpresa: el ladrón confeso del «Códice Calixtino» estaba hospitalizado . Una hora antes del inicio de la vista donde iba a ser juzgado por el supuesto robo de la correspondencia de sus vecinos, el exelectricista de la Catedral compostelana ingresaba en el hospital del Salnés, en la provincia de Pontevedra donde ahora reside, con un cuadro de estrés. Así fue notificado por fax. Aunque desde el centro médico informaron de que recibiría el alta a lo largo del día, algo que ocurrió a primera hora de la tarde, la titular del Juzgado Número 2 de lo Penal de Santiago decidía posponer el juicio para el próximo 12 de febrero.

Esta era la primera de las causas por la que debía responder Castiñeiras, a quien sus vecinos del barrio de Milladoiro —a las afueras de la capital gallega, donde vivió más de dos décadas hasta que fue encarcelado tras reconocer la sustracción del libro medieval del santuario del Apóstol— acusan de haberles hurtado las cartas de los buzones del edificio durante largos años. En el aire está ahora el segundo de los juicios, el famoso robo de la joya bibliográfica del templo santiagués. Está programado para el próximo lunes y por el momento la fecha se mantiene. La Fiscalía solicitó que Castiñeiras —imputado en este segundo caso con su mujer y su hijo— sea examinado por un forense para garantizar que, esta vez sí, podrá comparecer. La Audiencia Provincial de La Coruña lo autorizó. El reconocimiento se hará entre hoy y el domingo antes de decidir al respecto.

«Tomadura de pelo»

«No soy médico. ¿A usted le parece que los medios de comunicación pueden generar algún tipo de presión ambiental en una persona?», respondió la abogada de Castiñeiras, Carmen Ventoso, preguntada por ABC sobre si cabría sospechar que la coincidencia del problema de salud con su declaración podría ser una estrategia dado que ya el proceso de instrucción sufrió demoras por sus recursos. Aseguró que no había hablado con su cliente antes de trascender su indisposición y afirmó que «hace tiempo» que no le ve. Respecto a las dudas sobre si se recuperará para acudir el lunes, contestó sonriendo:«Espero que sí porque me muero de ganas».

En el lado contrario a ella se situó el abogado de la acusación, Felisindo Basteiro, que en declaraciones a Efe opinó que «la ausencia no está justificada y es una tomadura de pelo». Señaló, además, que Castiñeiras llegó al hospital «conduciendo su coche» y que una vez allí «alegó problemas psicológicos».

Los antiguos vecinos del sexagenario —la mayor parte de ellos, matrimonios de esa misma edad— abandonaban entonces el lugar con estupefacción e indignación. Entre la hora y media que transcurrió desde que el juicio debió haber arrancado y la confirmación de que, en efecto, un parte médico acreditaba el cuadro de estrés, los afectados intentaban sobrellevar con algo de buen humor el nuevo contratiempo. «Este no viene, ¿eh?», «si uno está mal, lo está para todo», «se sigue riendo de los vecinos», «¿apareció?», se escuchaba. Mientras hablaban de algunas de las últimas novedades del caso como la devolución a la Catedral del dinero sustraído, comentaban también la reciente emisión de una tv-movie en la televisión autonómica sobre este sonado robo.

«Rariño fue siempre», decían de quien fue su vecino durante «unos 28 años». Lo que todavía desconocen es cómo les birló presuntamente el correo privado:«Tendría una llave maestra o algo haría porque ahí los dedos no entran». Alberto Muñiz, actual presidente de la comunidad de vecinos que no sufrió ningún hurto, manifestó que estaban «indignados por venir para nada y pedir permisos en el trabajo».

Críticas al instructor Taín

La letrada de Castiñeiras, que durante la instrucción apenas habló en público, aprovechó por su parte para cargar contra el juez José Antonio Vázquez Taín, que investigó el caso. Tras alardear de que «no hay nada que preparar», en relación a los preparativos del juicio con su defendido, expuso que «este procedimiento se ha llevado de una forma bastante alegre. Es un manual de todo lo que no se debe hacer».

Anticipó así que en el inicio de la vista, en el tiempo dedicado a cuestiones previas, reivindicará que se han vulnerado algunos derechos fundamentales de Castiñeiras. Puso en cuestión, por ejemplo, el interrogatorio a este tras ser detenido en julio de 2012, momento en el que ella aún no le asistía. «Plantearé la nulidad de las actuaciones que existen con una claridad tremenda. Uno no puede dar ruedas de prensa, recorrer platós, escribir libros y hacer una instrucción legal», manifestó sobre la novela de Taín en torno al robo. En cualquier caso, lo que sí comprometió es que «no va a ser nada sorpresivo».

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