El alcalde de Arzúa tensa la cuerda para imponer su lista en las locales

Las tensiones entre los dos sectores del BNG de Arzúa vuelven a aflorar ante la inmediatez de las elecciones municipales del próximo mayo. Los rumores sobre una posible baja colectiva en el equipo afín al alcalde, José Luis García, —imputado, junto al exregidor Xaquín García y un total de seis concejales por pagar las obras de asfaltado de una urbanización considerada privada— cobran cada día más fuerza, aunque por ahora sólo «hay conversaciones para intentar llegar a un acuerdo», aseguraba ayer a ABC el propio regidor.

Consciente de que la «situación es complicada», tanto García como la dirección frentista buscan configurar una lista conjunta entre ambas familias nacionalistas. El problema está en el cómo. Según las fuentes consultadas, el primero quiere una candidatura cubierta, en los primeros puestos, por gente de su confianza. De ella quedaría excluido su predecesor, quien en los últimos tiempos vertió fuertes críticas contra su gestión. Pero la cúpula nacionalista pretende introducir nombres vinculados con el sector mayoritario del Bloque, la UPG.

Una condición que el alcalde —cuya imputación no es, según él, un «impedimento» para presentarse en la lista aunque su propia formación defienda el criterio contrario sobre la teoría— no está dispuesto a asumir. De ahí que, si finalmente no consigue imponer a los suyos, se decante por la solución más radical: seguir acrecentando el goteo de bajas continuo en el BNG . Y con él se irán, presumiblemente, sus afines. Algunas fuentes consultadas ya dan por hecho que esta posible salida «se materializará en las próximas horas». García, mientras tanto, mantiene la línea abierta con Santiago.