A Barca revive un año después
El día de Navidad de 2013, el principal santuario mariano de la Costa da Morte amanecía entre llamas. El templo llega al aniversario restaurado por completo
Conforme a lo previsto, el santuario de A Virxe da Barca llega recuperado al primer aniversario de su mayor tragedia. El principal templo mariano de la Costa da Morte fue la primera víctima de la retahíla de temporales que Galicia vivió el pasado invierno. El día de Navidad de 2013 amanecía incendiado con tal cantidad de llamas y humo que incluso en un primer momento la desgracia pareció mayor. Aunque el daño fue considerable, la estructura del templo no sufrió y, después de seis meses, los trabajos de restauración están concluidos a falta de detalles y de remates finales durante la próxima semana.
En el exterior, los avances se apreciaban desde hacía tiempo. Ya a finales de verano, coincidiendo con la romería de septiembre, la nueva cubierta de madera estaba colocada y comenzaba a cubrirse de pizarra. Lo hizo en las primeras semanas del otoño, lo que permitió retirar los andamios. A partir de entonces, todavía quedaba mucho por hacer en el interior, donde retablos y muros habían quedado ennegrecidos por el humo. El principal, una rica pieza barroca, fue calcinado por el fuego, que se originó en la sacristía, en la parte trasera, y se propagó con mucha facilidad a través del camarín de la Virgen, que por fortuna no se encontraba en la iglesia aquella mañana. Sin embargo, sí han podido recuperarse los del crucero y los laterales.
La bóveda también es otra vez blanca, pero sufre humedades que tan sólo el paso del tiempo curará. Durante los meses en los que se redactó el proyecto de obra y se adjudicó tras un concurso desde el Arzobispado de Santiago —todo con destacada rapidez— se filtró mucha agua por la lluvia y los muros continuarán transpirando durante tres o cuatro años, según han venido explicado sus responsables. Del análisis y planteamiento inicial se encargó el estudio K2C Arquitectas de Karme García y Carmen Rey, en Compostela, que han supervisado la ejecución por parte de la empresa vallisoletana Cabero Edificaciones. De la limpieza de la policromía de las tallas de madera se ha encargado Sabbia Conservación, una firma especializada de Cabero.
Ahora, queda el trabajo de «vestir» de nuevo el templo, que reabrirá pronto con lo imprescindible para poder oficiar la liturgia. Esta misma semana, se celebró en Santiago una subasta de arte para recaudar fondos para ello.
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