PSA controlará desde Vigo todas las compras de componentes para la K9
Feijóo cifra 600 millones de euros la inversión que supone la adjudicación de la nueva furgoneta para la factoría
Las resacas suelen ser duras, pero en este caso no podían ser más amables. De sobra es conocido que la nueva furgoneta encargada por PSA Peugeot-Citroën a la factoría de Balaídos no sólo dará trabajo a los 7.000 empleados actuales de la empresa, sino también a los otros 12.000 ligados a la industria auxiliar. Éstos ven ahora renovado el compromiso del Grupo con ellos, pues París enviará un gestor de compras con una función específica: establecer contactos con las auxiliares del sector para adquirir los componentes necesarios de la nueva furgoneta.
Es decir, PSA controlará desde la propia ciudad viguesa toda la negociación con las empresas de componentes a través de una figura —la «antena de compras»— nombrada directamente por la dirección de la compañía gala y cuya presentación pública se hará el próximo jueves. De anunciarlo previamente se ha encargado este martes el presidente del Clúster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga), José Luciano Martínez Covelo, después de mantener un encuentro con el jefe de San Caetano y el conselleiro de Industria.
Tanto Alberto Núñez Feijóo como Francisco Conde fueron recibidos el lunes en París por los directivos de Citroën, quienes le transmitieron la buena nueva, un «éxito colectivo de la industria de la automoción gallega y de la estabilidad y solvencia de la Comunidad», definió el titular autonómico, al tiempo que reivindicó el trabajo de las empresas auxiliares porque, «sin ellas, probablemente hubiera sido mucho más difícil conseguir este contrato». Una adjudicación traducida en los siguientes términos económicos: garantía de cerca de 20.000 empleos , 200.000 unidades fabricadas cada año a partir de 2017 durante un período estimado de diez y, según desveló este martes Feijóo, una inversión aproximada de 600 millones de euros.
Y en este nuevo horizonte lleno de esperanzas también quieren participar el resto de empresas del sector. Su principal reto es mantener, «como mínimo», el volumen de contratos que ahora tienen con la planta de Balaídos. Para conseguirlo, gran parte de las auxiliares pondrán en marcha planes de reestructuración internos con los que así adaptarse «a trabajos que hasta ahora no se hacían y ahora se van a hacer», destaca Martínez Covelo. Más allá del ámbito laboral, los cambios se centrarán en «cuestiones logísticas y de innovación» con el objetivo de perfilar las mejores ofertas posibles. De hecho, algunas empresas ya han puesto en marcha su maquinaria para arañar su porción en la fabricación de la nueva furgoneta, incluida dentro de los utilitarios ligeros.
La decisión de los directivos franceses de centralizar en Vigo la compra de las piezas es vista como una oportunidad para las potenciales beneficiarias. Así lo entiende el presidente del Ceaga, pues el Grupo PSA podrá así «conocer mucho más directamente» el sector de los componentes de la comarca olívica. «Es la primera vez en muchísimos años que, desde París, se pone una persona para atender esta cuestión», reconoció Martínez Covelo.
Apoyo institucional
También la Xunta seguirá muy de cerca este sector, a quien ahora «le toca el turno», apremia Feijóo. Porque «cuantos más componentes se fabriquen en Vigo, más estabilidad en el empleo, más facturación del sector de la automoción y más importancia del sector en el futuro», ha señalado. Y como la innovación es un punto, el Ejecutivo gallego se comprometió a seguir apostando por esta vía a través del Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG).
Estas dos patas —garantizar una extensa denominación de origen gallega en las piezas que componen la K9, vinculada directamente a una ampliación de la tecnología gallega a todo el Grupo PSA— son el objetivo que se marca la Xunta a partir de ahora, pese a que todavía faltan tres años para que la primera furgoneta K9 empiece a circular por la cadena de valor viguesa.
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