Lendoiro despide a Jimmy
El expresidente del Deportivo asiste al entierro del hincha radical y Tebas le destituye como embajador de la LFP
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El sepelio de la tarde del miércoles de Francisco Javier Romero Taboada, «Jimmy», en el cementerio coruñés de Feáns, tuvo un protagonista inesperado de última hora. El anterior presidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, no solo se dejó ver por el entierro del ultra, sino que se dio un baño de multitudes entre los muchos «Riazor Blues» que despidieron a su compañero, mezclándose con ellos sin mostrar reparo alguno. No en vano, en los momentos más duros de su mandato y durante el tiempo que se mantuvo en la batalla electoral para la reelección, los radicales blanquiazules fueron uno de sus grandes apoyos. Según anunciaba la LFP a última hora de ayer, esta aparición le habría costado al expresidente su cese como embajador de la institución .
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Por su parte, en las inmediaciones del camposanto se mascó en todo momento la misma tensión de las últimas jornadas. Los minutos anteriores a la llegada del féretro fueron un goteo constante de personas. Gorras caladas, capuchas, ropa oscura y muy pocos símbolos de deportivismo. Quizá todo una muestra de lo poco que tiene que ver este ambiente con el fútbol. Al final, más de un centenar de personas recibieron a la comitiva fúnebre, formada por cuatro coches repletos de flores. En la llegada se mezclaba en el ambiente el dolor de los familiares , las mayores víctimas, con la rabia de los camaradas de Jimmy. El silencio solo se rompía en momentos puntuales, como cuando una mujer que se denominó «amiga» de la familiada increpó a los periodistas presentes en Feáns, mientras era jaleada por alguno de los «Blues». Además de esto, no hubo que destacar mayores incidentes mientras la Policía se mantuvo en el lugar, que fue hasta pocos instantes después de que llegase, ya avanzada la ceremonia, un autobús lleno de encapuchados que entraron al cementerio prácticamente corriendo para acompañar al féretro del «Abuelo». La presión seguía subiendo y la ausencia de agentes, sumada a las reiteradas amenazas por parte de los radicales a los medios de comunicación dejaban de hacer de aquel un lugar seguro.
Pitos al minuto de silencio
En la otra punta de la ciudad, el estadio de Riazor, sucedía todo lo contrario. Una quietud inusitada rodeaba el templo deportivista. El ambiente enrarecido de los últimos días y el poco interés que suscitaba un partido de Copa entre semana contra el mismo equipo con el que se va a jugar en la Liga el sábado son factores que no animaron a una gran masa de aficionados a acudir al campo.
Aun sin radicales, la crispación seguía presente. Las puertas 9 y 10, que dan acceso a la grada cerrada de los «Riazor Blues» , estaban ocupadas por velas y flores. Sobre ellas, una gran pancarta reza en gallego «Jimmy con nosotros». Ya en el interior, tras el minuto de silencio pitado por un sector de la afición, se escucharon numerosas peticiones de dimisión al presidente, Tino Fernández, por su gestión de esta crisis.
En cuanto al fútbol, el resultado fue un partido aburrido y un empate ante un estadio con menos de un tercio de la entrada, según datos oficiales. Todavía aturdidos por la tormenta que ha sacudido La Coruña esta semana, el mejor resumen lo hacía un abonado deportivista en las redes sociales al quejarse de que «entre todos nos han robado las ganas de fútbol».