«Burócrata mediocre», del léxico AGE

El diccionario de AGE va camino de sacar su segunda edición. Las entradas se acumulan en el libro de referencia de los siete —antaño nueve— diputados que integran el invento «rupturista». Tanta es su «ruptura» que incluso reniegan de cualquier norma preestablecida antes de su entrada al Parlamento. De ahí que el decoro recogido en el reglamento sea una de sus barreras preferidas de saltar.

Ayer tocaba enfangar el debate en una comisión centrada en temas agrícolas. Antón Sánchez, uno de los dos diputados nacionalistas, junto con Beiras, que conserva AGE, preguntó a la directora xeral de Producción Agropecuaria, Patricia Ulloa, por las ayudas públicas destinadas a sufragar la modernización de las explotaciones agrarias y la incorporación de jóvenes al mundo rural. Más allá de las preguntas, se dedicó a trasladar las «quejas» del personal de la Xunta ante la denegación de varias subvenciones.

Ulloa visibilizó, para irritación de su oponente, la falta de «imaginación» de AGE por volver a responder a la misma pregunta y trasladar las críticas de funcionarios como si éstos no tuviesen a su disposición los cauces suficientes para hacerlo.

Sánchez montó en cólera y, sin aspavientos, tiró de léxico AGE para tachar a la directora xeral de Producción Agropecuaria de «burócrata mediocre e incompetente». El presidente de la comisión lo llamó a la compostura, pero el diputado prosiguió con su letanía para terminar espetándole: «La realidad le importa un nabo».

De «maleducado» lo definió Ulloa en su último turno de réplica, al tiempo que expuso los números de un programa heredado del bipartito y encorsetado en unos límites presupuestarios. Pese a que sí hubo «solicitudes que quedaron sin aprobar» por falta de fondos, las cifras hablan de 264 expedientes con visto bueno para la incorporación de jóvenes y 108 para tecnificar explotaciones. En total, casi once millones partieron de la cartera de la «burócrata mediocre».