Las dos diputadas del grupo mixto exigen más dinero al Parlamento

La aventura personal de las antiguas diputadas de Alternativa Galega de Esquerda se ha convertido en un sainete que ayer convirtió a la Cámara gallega en un lugar para reproches y exigencias entre antiguos compañeros de filas. Y es que la llegada de Consuelo Martínez al grupo mixto acarrea una exigencia añadida de más medios y recursos para atender a sus obligaciones parlamentarias.

De momento, la Mesa de la Cámara remitió una propuesta para el examen de los grupos que contempla un aumento del presupuesto mensual del mixto en 2.471,84 euros mensuales que se desglosan en un incremento de las partidas asignadas a cada diputado y que se corresponden con 1.837 euros más por el hecho de contar con un nuevo miembro. Además, dispondrán de la subvención fija de 1.994,36 euros que crece en 398,87 euros y una subvención finalista dedicada a la contratación de personal técnico que se amplía en 235,94 euros al mes.

No obstante, y pesar de la nueva partida presupuestaria creada para un grupo que no existía al comienzo de la legislatura, las beneficiaras no están de acuerdo y reclaman más. La encargada de explicar las razones fue Consuelo Martínez. Sus argumentos para justificar su pretensión tienen que ver con «la equiparación salarial de los técnicos del grupo con sus compañeros» para lo que es necesario una subida de 4.700 euros al mes para que «no exista discriminación ».

Las demandas del mixto merecieron el reproche de populares y socialistas. El portavoz del PP, Pedro Puy, aseguró que «la propuesta de la Mesa es razonable y proporcionada» y el socialista Méndez Romeu calificó «el debate como penoso centrado en reclamaciones de tipo económico». Y Xosé Manuel Beiras, el antiguo líder de las diputadas, aclaró que «lo que no puede ser es que esto perjudique a los derechos del resto de los grupos».

La irritación del veterano Beiras fue consecuencia de un intercambio de reproches durante la celebración de la Junta de Portavoces. Según ha podido saber ABC, el líder de Anova se dirigió a Carmen Iglesias para decirle que si él no estuviera de acuerdo con su grupo parlamentario se iría, y aprovechó para lamentar el perjuicio al resto de grupos parlamentarios. La diputada orensana le respondió que no se había sentido bien en AGE y que nunca pensó en renunciar al escaño desde que se produjo la marcha del exdiputado, David Calviño.

El culebrón de Alternativa Galega de Esquerda provocó que durante la comparecencia de Beiras aprovechase para justificar su trabajo parlamentario de décadas y para recordar que en un determinado momento había puesto dinero de su bolsillo. Su discurso fue in crescendo y con su habitual vehemencia didáctica se refirió a los periodistas que atendían sus explicaciones como «personas jurídicamente libres, pero esclavos» por la sumisión a las medios de comunicación y a sus intereses empresariales. En su exhorto también hubo un reproche por el hecho de no difundir determinadas iniciativas de la coalición de la manera adecuada y por el contrario hacerse eco de la crisis de su partido.

Las idas y venidas de AGE situaron en un segundo plano las iniciativas presentadas para el debate en el próximo pleno. De hecho, la semana que viene la sesión plenaria se prolongará durante tres días para, entre otros asuntos, debatir la enmienda a la totalidad de los presupuestos de la Comunidad o la interpelación del PP sobre los emigrantes retornados.