Abrazos y caldo para recibir a Teresa Romero en Becerreá

La auxiliar pasa, junto a su marido, su primera noche fuera del hospital en el pueblo natal de su madre

p. abet

Nada más finalizar la rueda de prensa en la que Teresa Romero agradeció al equipo médico que la atendió su curación, la auxiliar y su marido pusieron rumbo a Becerreá, el pueblo natal de su madre. Un viaje de 500 kilómetros que la primera contagiada por ébola en Europa tenía claro que haría en cuanto su salud se lo permitiese, pero que —según fuentes de la familia comentaron a ABC— estuvo en el aire hasta el último momento.

«Teresa tenía muchas ganas de abrazar a su madre, pero le daba miedo encontrarse mal. Al final se vio fuerte y vino», explicaba una prima cercana durante la mañana del miércoles. Entonces comenzaron los preparativos para recibirla en este pueblo de la montaña de Lugo, pero su llegada no se produjo hasta bien entrada la tarde .

Teresa y su marido entraron por el portón trasero de la vivienda ante la avalancha de medios. De hecho, no hubo declaraciones de la auxiliar, que llegó con gesto cansado aunque afable. Los abrazos llegarían de puertas adentro .

La cena ya estaba lista. Como no podía ser de otra manera, la madre optó por cocinar un plato caliente debido a las bajas temperaturas que registra estos días la Comunidad gallega. Y nada mejor que un buen caldo para pasar su primera noche fuera del hospital.

Por su parte, sus familiares y amigos se acercarán este jueves a verla. «Tenemos muchas ganas de abrazarla y ver cómo está, pero antes tiene que descansar algo, sobre todo del viaje», reconocen. «Su madre la ha encontrado delgada y débil», comentan.

Abrazos y caldo para recibir a Teresa Romero en Becerreá

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