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Narón, el vecino moroso

El segundo municipio más grande de la comarca se niega a pagar varios de los convenios que tiene firmados con Ferrol, como el del agua o los bomberos

Narón, el vecino moroso m. muñiz

JORGE PAN

Muchos sufren (o conocen a quien sufre) a un vecino moroso. El Ayuntamiento de Ferrol también está viviendo una situación parecida, pero no con una pequeña derrama o un utensilio doméstico más o menos utilizado. Uno de los municipios limítrofes, Narón, ha iniciado en los últimos meses una campaña de impagos y cancelaciones de los convenios que mantiene con la ciudad departamental por varios de los servicios municipales que comparten: el agua corriente, los bomberos y el saneamiento de la ría.

Para entender estas rupturas hay que tener en mente varias peculiaridades políticas. La primera, que Narón es un «islote» en una comarca dominada por el PP. La octava ciudad de Galicia fue gobernada a lo largo de 23 años por el carismático Xoán Gato, que la dejó en 2009 para embarcarse en una aventura fallida con rumbo a San Caetano. Ahora gobierna su sucesor, Xosé Manuel Blanco, al frente del partido fundado por Gato, Terra Galega. Tampoco puede olvidarse que la fusión con Ferrol es una sombra en el horizonte que quienes mandan en Narón quieren ahuyentar a toda costa.

La última dinámica política que hay que tener en cuenta para entender esta «tensión» fomentada desde Narón es la cercanía de las elecciones municipales de mayo del año que viene. Es bastante probable que fuesen el factor decisivo que llevó a Blanco a su última ruptura con Ferrol: su rechazo a seguir pagando el saneamiento de la ría.

Éste no funcionaría en Narón hasta el año que viene, pero hay que acometer (y pagar) ya el último tramo de los interceptores del margen derecho, el tramo O Cadaval-Neda. Recientemente, la empresa pública Aguas de las Cuencas de España (Acuaes) presentó el plan de financiación de un proyecto que cofinancia junto a los municipios de la zona, Aguas de Galicia y la Unión Europea. Al alcalde no le gustó nada: «Es abusivo», dijo. Así, mientras Ferrol tendrá que empezar a repercutir el gasto en las facturas de sus contribuyentes (algo impopular en tiempo preelectoral), Narón se niega a empezar a abonar los 1,4 millones de euros que debe, la mitad de los cuales deberían ser incluidos en los recibos municipales a lo largo de 45 años. El de Terra Galega quiere rescindir el convenio firmado en 2012: cree que le compensa más que asumir el coste político de un recibo más.

El PP lo entiende de otra forma. «Blanco monta un lío cada vez que se trata de realizar alguna obra con fondos provenientes de otras instancias porque pretende ocultar que no dispone de dinero para invertir», aseguró su portavoz local, Miguel de Santiago.

Un agua demasiado barata

La Empresa Mixta de Aguas de Ferrol (Emafesa) es la que hoy por hoy abastece a los municipios de la ría, Narón entre ellos. En 2007, Xoán Gato y el entonces alcalde de Ferrol, el socialista Vicente Irisarri, firmaron un acuerdo que este último calificó de «magnífico»: obligaba a un ferrolano a pagar más por el agua que un naronés.

La capital de comarca denuncia que, mientras el coste real del metro cúbico se sitúa en los 0,2487 euros, Narón abona solo 0,1747. Parece una diferencia nimia, solo 17 céntimos, pero a lo largo de un año, la cantidad se vuelve escalofriante: una diferencia de 206.780 en el último año que Narón, por supuesto, se niega a abonar, escudándose en el convenio firmado que no quieren revisar.

El último problema —aunque no por ello menos sonoro— es el que atañe al parque de bomberos. Narón, como concello de más de 20.000 habitantes, está obligado a disponer de este servicio. Gracias a un convenio firmado con Ferrol, ambas localidades comparten bomberos, pero Blanco se arrepiente de haberlo firmado. Este año abonó a la ciudad departamental 300.000 euros, pero se niega a pagar la última factura de este 2014, otros 90.000.

Para darle cobertura legal a este impago, denunció el convenio por los supuestos «incumplimientos reiterados» del mismo por parte de Ferrol, algo que los de José Manuel Rey Varela niegan taxativamente. Ahora, la octava ciudad de Galicia aspira a crear un grupo de emergencias municipal. Desde luego, no lo hará ahora, y probablemente ni siquiera antes de marzo. Terra Galega prefiere tirar por el camino del medio: pasar un tiempo sin bomberos y, en caso de emergencia, llamar al 112, que tiene obligación de socorrer. La factura la paga la Xunta, ese vecino bonachón del que los menos amigos de pagar siempre se aprovechan. Quién es la máxima víctima está muy claro: los vecinos de Narón, que por los intereses políticos de su alcalde se ven privados de servicios esenciales.

Narón, el vecino moroso

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