operación zeta

Gerardo Crespo y los políticos: mucho ruido y pocas nueces

Crespo se jacta de mandar SMS a varios conselleiros y de mantener reuniones con ellos, pero del mismo modo reconoce que no le hacen caso

Gerardo Crespo y los políticos: mucho ruido y pocas nueces abc

j. l. j.

Siguiendo el modus operandi habitual en estos casos, la utilización de un carné político abre puertas. Pero en el caso de Gerardo Crespo, no da los resultados esperados , por mucho que se sea discapacitado y se vaya en una «scooter», como él mismo presumía, haciendo de su condición un atractivo con el que captar la atención de los políticos y mantener su fachada de empresario respetable y socialmente concienciado.

«Fátima Bañez me invitó a su toma de posesión, me vio en el scuter, me dio dos besos al empezar y dos al terminar, y ya le conté alguna frasecita de cómo tiene que hacer las cosas», cuenta en una llamada para hacer ver su supuesta influencia en el PP.

En las conversaciones intervenidas, Crespo se jacta de mandar SMS a varios conselleiros y de mantener reuniones con ellos, pero del mismo modo reconoce que no le hacen caso, que fracasa en conseguir que le agilicen las gestiones para cobrar las subvenciones en proceso de fiscalización. «No se atreve ni de coña», dice en referencia al ex conselleiro de Economía e Industria Javier Guerra.

Más chusco resulta su intento de influir en la conselleira de Traballo, Beatriz Mato. Una de sus empleadas le pone al tanto de que ha eximido del pago de la matrícula de un curso a un hijo de Mato, y Crespo la felicita, y le dice que trasladará esta prebenda a la conselleira para que tome nota. Su gozo en un pozo, puesto que Mato mantuvo su exigencia de un número de cuenta para realizar el ingreso correspondiente.

De su relación con el alcalde de La Coruña también presume, pero lo cierto es que sus mensajes a Carlos Negreira son más reproches que otra cosa. En las transcripciones, el regidor le da largas y su secretaria evita que se comunique con Crespo para hablar de un servicio en las bibliotecas. Hasta el punto que el empresario se lamenta por SMS a Negreira: «Me siento abandonado. (...) Son pequeñeces, pero antes las tenía y ahora no». En una conversación posterior añade: «He perdido dos cosas pequeñas, que el bipartito antes me daba a mí y ahora no».

Su fidelidad a las siglas queda en entredicho en sus propias conversaciones . A la vista de que sus mensajes a Negreira no reciben respuesta y la Xunta aprieta la fiscalización de las ayudas concedidas, Crespo adelanta a un interlocutor que va a ir a ver al alcalde «en plan hijo puta total (...). Decirle mira, o se arregla esto o a mí ya todo me da igual y me iré a Unión Coruñesa».

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