El dilema de Besteiro
El secretario general del PSdeG no ha resuelto la incógnita que se refiere a su futuro: ¿repetirá como candidato a presidir la Diputación de Lugo en las próximas municipales o rehuirá unas elecciones en las que puede ser derrotado?
No es José Ramón Gómez Besteiro persona dada a tomar decisiones precipitadas. Este primer año al frente del PSdeG le ha revelado como un líder contemplativo, que rehúye la estridencia tanto en el mensaje como en sus actos. Un «ponerse de perfil» ante las situaciones o escenarios más incómodos que le granjea algunas críticas, pero que le ahorra disgustos. Y en política, eso no es un tema menor.
Sin embargo, sobre la mesa tiene una decisión que, aunque aplazable por ahora, es indelegable y debe tomar personalmente cuando llegue el momento: seguir o no al frente de la Diputación de Lugo de cara a las próximas elecciones municipales de mayo. Una duda no resuelta, un debate no resuelto que el partido no quiere abrir públicamente, pero que las fuentes consultadas por ABC aseguran que existe internamente.
El dilema es tal por una sencilla razón: la Diputación le proporciona a Besteiro un altavoz institucional, recursos económicos para llevar a cabo una gestión y promocionarla —y promocionarse— y el control de un territorio como es la provincia de Lugo, su feudo aunque ya no ostente la secretaría provincial. Y de paso, le ahorra al partido un sueldo, un aspecto nada menor dada la delicada situación por la que pasan las finanzas de los socialistas gallegos.
Entonces, ¿cuál es el riesgo de volver a presentarse? Una derrota a manos del PP, que habría tumbado al llamado a ser rival de Feijóo —o del candidato popular en caso de que el presidente no repitiese— en las autonómicas de 2016. ¿Qué crédito político le quedaría a Besteiro si, ya ungido como líder del PSdeG es incapaz de retener para su partido la principal institución que gobierna en Galicia? Una hipotética derrota alimentaría las voces críticas —toda una larga tradición en el PSdeG— y cuestionaría su validez como cabeza de cartel para las autonómicas, minando sus posibilidades de cara a las prometidas primarias para ser candidato a la Presidencia de la Xunta.
En el PP aguardan la decisión con paciencia. Los estrategas de campaña saben que, si Besteiro volviera a aspirar a la Diputación, Lugo pasaría a ser objetivo prioritario para los populares, muy por delante de retos igualmente ambiciosos como recuperar la ciudad de Vigo o mantener Santiago de Compostela. Derrotar a Besteiro allanaría el camino de las autonómicas de 2016 y sumiría al primer partido de la oposición en un nuevo debate interno. Y el desgaste de no conseguir derrotarlo sería mínimo: lo lógico es que quien gobierna un territorio sea capaz de manejar los resortes para garantizar su reelección. Mucho que ganar y muy poco que perder, todo lo contrario que Besteiro.
Aunque incluso en ese hipotético escenario de derrota, los cimientos de Besteiro tampoco temblarían demasiado, toda vez que en el PSdeG no hay —por el momento— ninguna otra figura que pudiera cuestionar al secretario general en sus aspiraciones a la Xunta. No lo hay porque el que podía encajar en ese perfil, el exministro Francisco Caamaño, ha visto temblar su ejecutiva provincial mediante un golpe de mano auspiciado por el entorno de Besteiro, cuando no por él mismo. Un rival menos.
Hay además otro elemento a no perder de vista, y es que todo aspirante a presidir una Diputación debe ser electo en unas municipales, esto es, debe estar incluido en una lista electoral y salir elegido concejal. En las dos últimas convocatorias, Besteiro formó parte de la candidatura de López Orozco en la ciudad de Lugo. ¿ Se arriesgaría a ir en la lista de un alcalde tan castigado a nivel de imagen por las investigaciones judiciales del «caso Pokemon»? ¿Qué coste podría tener para el líder socialista ir en una lista que no revalida la Alcaldía?
Hasta que Orozco desveló que optaría a un quinto mandato, las especulaciones sobre el futuro de Gómez Besteiro llegaron a situarlo como hipotético candidato a la Alcaldía , opción que el actual regidor cerró al decidir que volvería a presentarse, previa comunicación al secretario general de su partido. En el PSdeG se tenía claro que Orozco era «la opción menos mala» para obtener un buen resultado en la ciudad, que a su vez puede ser determinante el reparto de diputados provinciales en el partido judicial.
Hacia Madrid
Diversas fuentes coinciden en apuntar hacia Madrid como la salida más decorosa para Besteiro y, desde luego, con menos riesgos que la opción de revalidar la Diputación. Un escaño, bien en el Senado o en el Congreso, que le garantizaría una presencia institucional —mucho menor que la entidad provincial, desde luego— pero que le restaría visibilidad en Galicia, donde al final es donde se juega la partida.
«Lo preferible es no arriesgar», coinciden en afirmar las fuentes consultadas, aunque difieren en la fórmula para recalar en las Cortes. Por un lado tendría la opción de optar al escaño de senador por designación autonómica que ahora mismo ostenta Paula Fernández, a la que se le ofrecería algún cargo institucional en Galicia para que aceptara dejar la vacante. Por otro, encabezar la lista de las generales al Congreso por Lugo y aspirar al escaño que ocupó José Blanco hasta que dirigió sus pasos a Europa.
Precisamente, una de las razones por las que Rubalcaba colocó a Blanco en los puestos de salida al Parlamento Europeo fue la presión del propio Besteiro. De ese modo su único contendiente para encabezar la lista desaparecería de la ecuación y le permitiría a él ocupar su puesto. Rubalcaba acabó por ceder y en Lugo quedó vacante el número uno de la papeleta.
La opción tiene escasos riesgos, porque incluso en la debacle socialista de 2011, el PSdeG obtuvo un diputado por Lugo, lo que garantizaría el escaño de Besteiro. Pero al tiempo que no hay aparentes perjuicios, hay igualmente escasísimos beneficios. Sin el altavoz de la Diputación, sin un aparato propagandístico que lo sostenga, fuera del Parlamento y con un grupo en O Hórreo heredado y de desigual eficacia, ¿cómo va a colocar Besteiro su mensaje? La amenaza de acabar diluido en un escenario donde el discurso dominante es el ruido que se genera desde el populismo de AGE — y con Podemos acechando — es evidente.
No obstante, algunos cargos del partido tampoco ven con malos ojos que el secretario general abandone la Diputación de Lugo «y trabaje más todo el territorio». «A veces da la sensación que es el secretario provincial de Lugo y no el de toda Galicia», confesaba un alcalde a ABC. Ocupar un escaño en Congreso y Senado le ocuparía poco tiempo y podría dedicarse más a hacer los kilómetros que exige la labor de oposición, más inclusive cuando se trata de la única alternativa real de gobierno al Partido Popular.
Fiel a sí mismo, Besteiro guarda silencio y no ha revelado su parecer, aunque sí ha pedido opiniones a algunos notables del partido para conocer sus puntos de vista. «Antes de enero no se va a anunciar la decisión», pronostican las fuentes consultadas, «se lo está pensando mucho». Las apuestas internas se inclinan a dar por hecho que no optará a la reelección y que dirigirá sus pasos a Madrid. Mientras tanto, Besteiro, como ante la mayoría de los asuntos trascendentes, calla.
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