política

Dirigentes del PSOE piden a Echávarri que rompa el tripartito tras el 20-D

La estrategia pasaría por replicar en el Consistorio un eventual pacto entre Pedro Sánchez y Albert Rivera, y gobernar en minoría con Ciudadanos

Dirigentes del PSOE piden a Echávarri que rompa el tripartito tras el 20-D juan carlos soler

d. martínez

El pacto tripartito para gobernar Alicante con una Alcaldía «compartida» de facto con Guanyar y Compromís está pasando factura al PSOE. Así lo consideran distintas voces dentro del socialismo alicantino, que ven con temor cómo la presencia de elementos de EU y Podemos, además de nacionalistas, está radicalizando las propuestas políticas que llevaba en su programa la formación del puño y la rosa.

Así, son varios los dirigentes que apuestan por romper a corto plazo el tripartito que permitió al socialista Gabriel Echávarri llegar a la Alcaldía alicantina, especialmente si el resultado de las elecciones generales del próximo 20 de diciembre dibuja el escenario con el que se trabaja en Ferraz: un gobierno en minoría de Pedro Sánchez con el apoyo externo de los Ciudadanos de Albert Rivera.

En realidad, ese pacto nacional podría llegar a influir en infinidad de acuerdos cerrados tras las pasadas municipales -e incluso en el Consell-, pero en ningún caso de forma tan clara como en Alicante. Cabe recordar que el PSOE obtuvo seis actas, al igual que Guanyar y Ciudadanos. Compromís se quedó con tres, y el PP, la fuerza más votada, sumó ocho.

Una vez que Echávarri fue investido alcalde con los nueve votos de Guanyar (6) y Compromís (3) -e incluso los seis de Ciudadanos, en la oposición, que no eran necesarios-, podría alterar la composición del equipo de gobierno sin necesidad de proceder a una nueva votación: los integrantes de la junta de gobierno local y la distribución de competencias son prerrogativas del alcalde que se establecen vía decreto, sin necesidad de mayoría en el pleno.

El cálculo que hacen los dirigentes socialistas que proponen a Echávarri esta ruptura tras las elecciones generales es el de gobernar en minoría con el apoyo de Ciudadanos: los dos partidos sumarían 12 escaños (la mayoría está en 15), pero se da por descontado que PP, Guanyar y Compromís -que sumarían 17- no se plantearán formar en ningún caso una alianza antinatura para desalojar a Echávarri de la Alcaldía.

Responsabilidad del PP

Tal como publicó ABC el pasado viernes, ese mismo cálculo es el que se hace en Blanquerías con vistas al escenario posterior al 20-D. Es decir, un Consell en minoría de PSPV y Ciudadanos -a imagen y semejanza del hipotético Gobierno central- al cual el PP, grupo mayoritario en la oposición, facilitara hasta cierto punto la gobernabilidad. Un «peaje» que los populares podrían exhibir como un gesto de responsabilidad para alejar a Compromís y Podemos de las instituciones.

El pacto con Guanyar (EU más Podemos) y Compromís ha forzado a Echávarri a radicalizar las posiciones del PSOE alicantino hasta el extremo de poner en riesgo la llegada de la inversión de Ikea a la ciudad, o de amenazar con suprimir las corridas de toros en cuanto finalice la actual concesión de la Plaza. Tampoco ha gustado la entrada de Escola Valenciana y el Institut d’Estudis Catalans (IEC), abiertamente independentista, en el Ayuntamiento -vía Compromís-. Pero sobre todo pesa la falta de respuesta en el caso de Marisol Moreno «La Roja», imputada y procesada por unas presuntas injurias a la Casa Real que desveló ABC. El hecho de que «La Roja» siga manteniendo sus competencias de Juventud y Protección Animal en la actualidad se interpreta como un síntoma de la debilidad de Echávarri frente a sus socios, quienes en pocas ocasiones le permiten tomar decisiones en solitario.

Sintonía con C’s

Echávarri, apadrinado en su momento por el sector lermista del PSPV para convertirse en secretario general local y luego en candidato, aportaba sobre el papel un perfil mucho más institucional -y más propio de la trayectoria de los socialistas valencianos- que el que exhibe actualmente. Una «radicalidad» que quedaría conjurada si el partido de Rivera entra en el gobierno local y el alcalde se libera de los «peajes» hacia sus dos socios. La sintonía entre el primer edil y el portavoz de Ciudadanos, José Luis Cifuentes, es además notoria desde el minuto uno del mandato.

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