VERLAS VENIR
Absuelto y hundido
«Y con la absolución, como se podía prever, no han renacido. Menos mal que mantiene intacta su genialidad»
Decía un compañero de promoción que las denuncias ocupan grandes titulares y las absoluciones en instancia europea diez años después apenas logran hacerse un hueco en un breve en página par.
Durante años he ejercido el periodismo en el lado oscuro, el de los medios de comunicación, con la mejor de las voluntades y convencido de que lo hacía con gran profesionalidad . Durante todo ese tiempo, jamás me he preocupado de las consecuencias de lo que escribía. Me limitaba a los hechos e intentaba evitar cualquier floritura.
Ahora que he tomado un poco de distancia con aquella realidad, ahora que trabajo en el lado transparente del periodismo ( ahora todo el mundo sabe qué intereses defiendo ), me doy cuenta de que por el camino yo también deje damnificados. Personas a las que traté con la máxima profesionalidad, creo, pero que, sin embargo, considero que las perjudique de forma completamente innecesaria.
Me echo a mi la culpa para ahora poder repartir en general en desagravio a las víctimas. Si, víctimas. Recién llegado a la empresa en la que ahora trabajo , invité al director de un medio valenciano a una comida con un directivo de la institución. Cuando compareció, le dí las gracias. Y el me contesto: “No hay de qué; siempre hay que ir a ver a las víctimas” .
Las víctimas. Me espante un poco, solo un poco. Casi me hizo gracia, pero con el paso del tiempo probablemente soy menos periodista del lado oscuro que antes y empiezo a ver las cosas de una forma un poco más crítica.
Viene todo esto a que ayer mismo leía en la web de ABC unas declaraciones de Francis Montesinos , absuelto de todos los monstruosos delitos de los que fue acusado, en las que decía que después de eso, de su absolución, tiene que empezar de cero. Y tiene que hacerlo porque gracias a la acusación que ha quedado en nada, con sus negocios ha pasado lo mismo: se han quedado en nada. Y con la absolución, como se podía prever , no han renacido. Menos mal que mantiene intacta su genialidad.
Montesinos viene a engrosar una larga nómina de personas que han sufrido lo que llamamos ya sin sonrojo alguno “pena de Telediario” de la que no hay absolución que te libere. Las víctimas podrán ser absueltas, pero el daño causado en todo el proceso no lo repara nadie. Y ahí se quedan, absueltas y hundidas.