El discurso de Bonig

Tiene ante sí el reto más difícil. Nunca la derecha lo tuvo tan mal en la Comunidad Valenciana, jamás partió desde tan atrás en el comienzo de una legislatura, pero de lo que no hay duda es que, a ella, valor le sobra y trabajo va a poner el que haga falta. Isabel Bonig, ex alcaldesa, ex consellera, hija de un militante socialista , es la elegida, suyo es el reto. El sábado pasado Rajoy visitaba Valencia. Apenas tres días después, en un desayuno informativo desarrollado también en nuestra ciudad, era respaldada por la presencia de María Dolores de Cospedal, su gran valedora en el partido . No se que pensará el ex presidente Fabra al respecto, él que sufrió, de manera injusta, el ostracismo de los «jefes» de su partido hasta límites más allá de lo aguantable. Además en el citado desayuno a orillas de Las Arenas, Bonig, delante de todo el PP valenciano, fue etiquetada por la secretaria general como futura presidenta de la Generalitat, batalla que la ex consellera afirma se jugará antes de dos años. Apuesta arriesgada y poco probable, guardaremos la grabación por si acierta, o no. Pero el caso es que apenas dos meses después de su nombramiento, nadie puede dudar de su liderazgo , ejerce de presidenta, se lo cree.

Isabel Bonig demostró que tiene discurso, y que lo tiene muy claro. La línea ideológica del PPCV se apoya en la defensa de lo valenciano , algo que le permitirá obtener un importante número de votos. Pero para recuperar el terreno perdido necesitará, durante los próximos años, más puntos de apoyo que la defensa de las señas de identidad. Deberá acometer una profunda renovación del partido . Se le ha dado una mano de chapa y pintura, pero la sala de máquinas necesita de un cambio mucho más profundo.

La prueba de lo importante que es rodearse bien la tuvimos el pasado miércoles. Presentación de la campaña #TrauLaSenyera, una propuesta para que el mayor número de valencianos posible subiese fotos a redes con la senyera, buena idea sin duda. Claro que si la foto que promociona la acción está con la bandera al revés, ya es como para hacérselo mirar . Te enseña, con una única instantánea, el duro trabajo que Bonig tiene por delante.