Los empresarios de restauración se oponen al cierre de zonas comerciales en domingo

La Asociación de Empresarios de Restauración Organizada mostró ayer con contundencia su rechazo a la supresión de zonas de libertad horaria en Valencia , por el «impacto negativo» que tendría para el sector hostelero y turístico la limitación de aperturas los domingos, al tiempo que pidió «diálogo y consenso».

La intención de la Generalitat, y del propio Ayuntamiento de Valencia, es reducir a una las cinco grandes zonas con libertad horaria en la ciudad , con lo que dejarían de abrir los domingos las que no entrasen en el área de gran afluencia turística, que se circunscribiría al entorno de La Lonja y, en principio, dejaría fuera la calle Colón.

Se trata de una medida que no ha sido consensuada , en ningún momento, con los agentes implicados ni las empresas a las que afectará el cierre comercial los domingos. Aunque a principio de septiembre el concejal de Comercio, Carlos Galiana, anunció la medida, posteriormente el primer teniente de alcalde, Joan Calabuig, precisó que esta propuesta «está en periodo de consulta» y que «no hay una decisión definitiva al respecto», dado que expresó la voluntad de «consensuar» con el pequeño y mediano comercio, nunca con las franquicias.

Desde el colectivo de empresarios de restauración se instó al equipo de Joan Ribó a «tener en cuenta el impacto negativo que va a tener esta medida a nivel empresarial y económico» , para lo que insistieron en reclamar «diálogo y consenso» antes de adoptar una decisión definitiva .

La Asociación pidió al gobierno municipal y autonómico que no olvide que las franquicias dedicadas a la restauración están muy vinculadas a la actividad de los comercios por su presencia en las zonas comerciales de Valencia, y su actividad contribuye de una manera activa a la creación de empleo.

El sector hostelero de las franquicias genera los domingos hasta el 20% de las ventas de toda la semana en algunos establecimientos, y se estima que el cierre y la consiguiente caída en el número de potenciales clientes en sus locales repercutirá en una pérdida de entre un 5 y un 7% de puestos de trabajo.

Por último, quisieron insistir y poner en valor la importancia de Valencia como destino y capital turística, así como la necesidad de poder ofrecer al visitante que llega a la ciudad un mayor número de servicios y de oferta comercial, como sucede en otras capitales y destinos turísticos de primer nivel.