El Valencia gana sufriendo

Fue sufriendo. Atosigado al final por un buen Granada que encontró siempre la respuesta de Jaume. Fue sin convencer. Con el exigido trabajo, pero sin capacidad para replicar al agobio ante un rival presumiblemente inferior. La teoría, que no la práctica. El Valencia logró derrotar a los nazaríes. Una conexión entre Bakkali, de nuevo el mejor valencianista, y Mustafi dio para el gol de la victoria . Suficiente para sumar de tres. Insuficiente para demostrar cambio alguno en la escasez de argumentos de los de Nuno Espirito Santo, que no dejó de escuchar el rugido -«Nuno vete ya»- .

Alzó los puños Jaume Doménech . El gesto era de presión liberada y de regocijo. Voló a su derecha para repeler a una mano un buen lanzamiento de falta de Rochina . Un golpeo que se rumió gol en Mestalla, pero que salvó el portero castellonense en la prolongación del primer tiempo. Jaume, un excelente guardameta que se está haciendo grande en poco tiempo, ya había librado al Valencia de que el Granada marcase y tensase el ambiente. Con su acción, además, mantuvo la ventaja de su equipo.

Los nazaríes procuraron aprovecharse en su visita al Valencia de la tensión, el desencuentro de la grada con Nuno y el hecho mismo de que su equipo no funcione. Buen orden e intenciones ofensivas de los andaluces, pero laxos en los últimos metros. El partido lo fue rompiendo Bakkali, el joven belga al que el técnico luso decidió no inscribir en la fase de grupos de la Champions, y que últimamente es el único jugador que inyecta lo diferente -velocidad, descaro y ambición- en el Valencia.

Rupturas y centros de éste. Superado el ecuador del primer acto, Bakkali botó un saque de esquina. La segunda jugada le llevó el balón a éste de nuevo. Desde la derecha centró y Mustafi se lanzó en plancha para rematar de cabeza y lograr un esperadísimo y balsámico tanto para el equipo local. Rozó el empate poco después el Granada, pero el remate de El Arabi estampó el balón en el larguero . Siguió con más control el Valencia, pero mostrando miedos al error y a que el ambiente se caldease.

Y para provocar eso, el conjunto granadino salió voraz en la reanudación. Hacia las idas y venidas ya en los primeros instantes, en los que Javi Márquez probó de nuevo a Jaume . Sobrio. Buscó el Valencia acomodarse el negociado de nuevo al ritmo de Bakkali, que, siempre a toda velocidad, aguantó hasta la hora de partido por oxígeno y por una molestia muscular.

Abierto se mantuvo el encuentro. Los nazaríes no iban a plegarse. Alternancia en el juego y en las profundizaciones ofensivas. Cerca estuvo de conectar bien Alcácer un centro de Feghouli . Se le fue fuera el balón al internacional por poco.

El Valencia se anudó el pañuelo a la cabeza. Debía ponerse el mono de trabajo. Y fue aplacando el ímpetu de los de Sandoval. Fue una fase que remitió. Andrés se le hizo grande a Feghouli en una acción en la que los locales pudieron apuntalar el triunfo. El Granada resistía y replicaba . Y reactivaba sus opciones. Nervios en Mestalla en el tramo final. De ida y vuelta siguió la cosa hasta el último suspiro. Los locales, intentando sentenciar, los visitantes, agobiando. De fondo, un sector de la grada seguía pidiendo la marcha de Nuno. Hubo victoria. Necesaria. Sufrida. Pero que no convenció .