entrevista
Montiel: «Es normal que Puig se inquiete ante un pacto de Podemos y Compromís»
El secretario general de Podemos en la Comunidad analiza el papel de su formación en la tutela de la acción de gobierno
Antonio Montiel Márquez (Jaén, 1958) es abogado, politólogo, profesor universitario y líder de Podemos en la Comunidad. Aspira a cambiar el panorama político en España y transformar la sociedad alejándola de las «prácticas viciadas» del bipartidismo.
—¿Es cierto que Podemos tiene el mando a distancia del Consell?
—Propiciamos el Pacto del Botánico y somos un factor clave para condicionar al Gobierno valenciano en la preparación de la toma de decisiones. Hay gente en el Consell que comparte nuestra visión, pero si la gestión diaria les hace desviarse de ella, tenemos la independencia que nos da no formar parte del Consell.
—¿No entrarán nunca a gobernar?
—Nos sentimos bien en esta posición. El Pacto del Botánico es a cuatro bandas porque incluimos a la ciudadanía, y seguiremos en esa posición vigilante y de propiciar diálogo. Nos reunimos con todos los colectivos: jueces, el sector audiovisual para la reapertura de RTVV, y creamos dos agencias para luchar contra la corrupción y para mejorar la democracia.
—Hay quien opina que esas agencias duplican funciones del Consell.
—No. Lo hacemos con una lógica de división de poderes. La tendencia en los últimos cien años ha sido acumular más poder en el Ejecutivo y ello ha desparlamentarizado la vida política. Queremos generar estructuras flexibles con vocación de desarrollar especialización a la hora de controlar la acción del Gobierno, y no interfieren sino que generan sinergias. La agencia catalana contra la corrupción es nuestro modelo, aunque tiene bastantes defectos. Son organismos de prevención del fraude y la corrupción, y no a posteriori como sucede en la actualidad. Hay que cambiar la cultura de los funcionarios y de la sociedad.
—¿La corrupción es un problema económico, o social?
—Un 4% del PIB se pierde por la vía de la corrupción y eso es un problema económico. Y también social porque se detraen recursos de la sanidad y la educación, al margen de que supone una corrosión social.
—¿Cuándo podrán tener efectividad sus políticas contra el paro?
—Hay que generar recursos y ahora es difícil con la baja actividad económica, la falta de un sistema financiero, la burbuja inmobiliaria que acabó con los ahorros de la gente y el saqueo, la incompetencia y el despilfarro anteriores. Las medidas que van a aplicarse tendrán efecto en el medio plazo, algo más largo que el habitual. La mejora de la financiación, la lucha contra el fraude y la economía sumergida, la innovación, la recuperación del talento, la reapertura de RTVV y revitalización del sector audiovisual, así como el cambio del modelo productivo con la mejora del consumo interno son claves.
—¿Y las infraestructuras?
—Pediremos más trenes de cercanías (combinando en algunos tramos mercancías y pasajeros) que generan trabajo y flujos económicos con menos impacto en el medio ambiente que las autopistas, autovías o el AVE.
—¿Comparte los sondeos que hablan de que Podemos se está desinflando?
—Las encuestas definen un momento determinado y oscilan, como pasó en las europeas. Es cierto que si hubieran sido en diciembre de 2014 quizás hubiéramos ganado las elecciones. Ahora bien, la política cambia y el electorado ahora es un celoso administrador de su voto, ya no hay las fidelidades de antaño. Los indecisos que reflejan las encuestas están evaluando la inversión de su voto y Podemos tiene una ventaja cualitativa frente al resto. El PP está en declive y con disensiones internas disimuladas por el poder; el PSOE lo tiene difícil porque ganó en la Comunidad perdiendo muchos votos y Pedro Sánchez es un buen producto pero se le nota mucho el marketing. Ciudadanos parecía una alternativa al PP pero se ha demostrado que no tiene alma y son oportunistas. Nosotros, en cambio, hemos sacado de la abstención a miles de personas y tenemos un proyecto transversal e interclasista.
—¿Y tienen capacidad de diálogo con todas las formaciones?
—Ese es otro factor diferencial a nuestro favor. Sabemos concitar las diferentes sensibilidades del territorio español que la Constitución aglutinó en torno al estado del bienestar que ahora no funciona. Mareas gallegas, movimientos nacionalistas no independentistas de Cataluña, Mes en Baleares, Compromís... Podemos articula la diversidad y puede gestionar esa pluralidad y esa riqueza.
—En el PSPV temen un pacto de Podemos con Compromís. ¿Tiene fundamento ese temor?
—Es normal que Ximo Puig se inquiete, y también el PP, porque la suma de votos de Compromís y Podemos ya superó al PP que ahora podría ser desplazado del primer lugar. Esto no es una debacle y sí una implantación de una nueva política. El acuerdo del Botánico tiene buena salud, si Ximo Puig es capaz de hacer abstracción de la contienda electoral no debe haber problema. Las generales no son la segunda vuelta de las autonómicas, aunque el panorama después de ellas, si ganamos, será distinto para Puig.
—¿Qué persigue esa alianza?
—Con Compromís, como dice Enric Morera, no tenemos negociaciones sino conversaciones importantes. Creo que habrá acuerdo porque el tiempo actual lo merece y lo demanda para afianzar el cambio. Hay cuestiones como la financiación que no se pueden resolver solo aquí y hace falta tener una voz fuerte en Madrid. Ha habido intentos en el pasado de tener voces propias como Unión Valenciana, en algún momento el PP... el PSPV nunca, siempre fue muy sucursalista. Ahora es el momento de tener esa fuerza valenciana para hacernos escuchar y que esta Comunidad sea tratada con equidad en la distribución de la riqueza. Lo bueno sería que fuera un acuerdo de mayoría social, no solo de dos fuerzas políticas. Esto no puede ser un matrimonio de convivencia sino algo más.
—¿Es el fin del bipartidismo?
—Creo que el bipartidismo está caduco, aunque ha aguantado mejor de lo que pensábamos. Los dos grandes partidos o se refundan o caerán en el olvido de la historia. Fíjese que cuando era funcionario de la Generalitat oía frases sobre colectivos como «¿estos son nuestros?». Nunca supe lo que quería decir. En Podemos trabajamos en favor de las personas y es algo nuevo y más difícil de explicar. La Comunidad Valenciana y España lo necesitan en este momento.