VELA - ENTREVISTA
«La vela te da algo diferente cada día»
Ángela Pumariega, oro en clase Elliot en Londres 2012, repasa una carrera que ahora quiere llevar a Río en 470
Si la fuerza de los vientos y la potencia de los mares no tienen límites, por qué pensar que quienes compiten con y contra la conjugación de estos deben ponerse corsés en su pasión por el deporte. Como no se los puso, y además nunca pensó en bajar los brazos por aquello de lo que se enamoró siendo una niña, como tuvo la común ensoñación del deportista veraz que es alcanzar unos Juegos Olímpicos, Ángela Pumariega Menéndez (Gijón, 12/11/1984) se bañó en el oro de Londres 2012 junto a Tamara Echegoyen y Sofía Toro . Supieron responder con firme competitividad y templanza a quienes no creyeron para acabar ganando en clase Elliot . Ahora, Ángela, que forma dupla con Patricia Cantero en 470 , navega buscando repetir ese sueño olímpico en aguas brasileñas.
La asturiana, participante en el Trofeo de la Reina , repasa con ABC una vida unida al estilo que forja la vela, pulida con agua y viento, entre aparejos y velas, haciendo un todo con el barco. Y ese asomarse a lo que lleva hecho lo dice con palabras respaldadas por una mirada brillante que siempre le lleva hacia el mar.
Su abuelo fue piragüista. Su madre nadadora. No fue raro que ella también saliese con fondo deportivo. Y empezó con la gimnasia artística . Pero lo oportuno, por sus alergias y el asma, fue que se iniciase en alguna disciplina al aire libre. Y por decisión de sus padres fue la vela . Un juego que conoció un verano a los diez años y que acabó convirtiéndose «en mi pasión, en mi estilo de vida , en algo que hoy disfruto y que no me veo sin ello el día de mañana porque es mi vida. La vela pasó de una actividad de ocio a mi trabajo. Me ha permitido viajar por todo el mundo y conocer y hacer amigos por todo el mundo». ¿Qué le gustó de la vela? «Que cada día es diferente. Un día tienes viento y otro no. Un día tienes ola y otro no» .
Con diez años fue subcampeona de Asturias. Con once participó en su primer nacional. Pero la cosa fue que avanzó en clases como Optimist y Snipe. Los ensueños olímpicos no llegaron para ella hasta 2008 cuando apareció la clase olímpica con los Elliot . Con 24 años y la carrera de Económicas prácticamente acabada no se lo pensó para decir sí a la posibilidad que le dieron Tamara Echegoyen y Sofía Toro para unirse a ellas: «Era la gran oportunidad de poder luchar por un sueño que además era objetivo de las tres . No me lo pensé y me fui a Galicia con ellas».
Un camino muy duro
La nueva modalidad de «match race» con los Elliot se introdujo tras Pekín 2008. Pero a España no llegaron más que dos unidades hacia finales de 2009. Por entonces, al no formar parte del equipo español, escasas ocasiones tenían de entrenar con la unidad. La preferencia la tenían las integrantes del equipo español. «Llegó el campeonato de España y para sorpresa de muchos lo ganamos. Pasamos del quinto puesto del ranking al primero. Y entramos en el equipo español , de modo que ya pudimos prepararnos con el barco lo que quisimos», explica la asturiana.
En 2011, ganaron el Europeo . España fue ascendiendo en el ranking. Pero en el Mundial de Perth se quedaron a las puertas de la clasificación para los Juegos. Primero, había que clasificar al país . En febrero de 2012, llegó la última repesca para lograrlo. Y el equipo de Ángela, Tamara y Sofía, un tridente de deportistas y ante todo amigas, lo logró. El siguiente paso era conseguir que fuesen ellas las que acudían a Londres: «Fue un camino muy duro . Siempre hubo obstáculos. Pero nos sobrepusimos. Especialmente complejo fue el momento de la selección. Estábamos muy igualadas con el otro equipo y teníamos que competir ambos por la plaza en dos Copas del Mundo» .
En la prueba que se celebró en Mallorca, quedaron cuartas, mientras el barco de Eva González, Lara Cacabelos y Silvia Roca hizo un duodécimo puesto. «No estéis tristes, porque no tenéis nivel para estar en la final -de aquella Copa del Mundo- les dijo un técnico de la federación, al que replicaron diciendo «no vas a ser tú quien nos ponga límites». Luego, en la prueba de Francia, con muchas complicaciones por el viento, hicieron un octavo puesto frente al quinto de sus «rivales». Antes de regresar a Santander, todas juntas en furgoneta, la federación les anunció que Londres era para Ángela, Tamara y Sofía .
Los tres meses previos a los Juegos fueron claves entrenando con Manu Weiller . «La primera semana nos barrió. Pero nos enseñó un montón de maniobras, trucos y a navegar como los chicos. Ganamos agresividad. Y también nos ayudaron Lara y Eva», cuenta Pumariega.
«A los Juegos fuimos sin la presión de otros equipos. No éramos favoritas. En parte era un premio y una fiesta para nosotras después de la dureza del camino. No fueron fáciles los Juegos, pero influyó mucho el factor sicológico» , recuerda. Ya en Londres, tras un gran Round Robin, ganaron en cuartos 3-0 a Francia, y en semifinales 3-2 a Rusia: «Llegando a puerto tras la última manga había mucha gente vitoreando con banderas españolas. Teníamos la plata asegurada, pero queríamos bañarla en oro» .
«Salió un día con 25 nudos y nosotras teníamos once kilos por debajo del peso respecto a las australianas que era muy guerrilleras. Estuvo muy igualado y llegamos con un 2-2 a la última manga y era como ‘todo lo que hemos hecho hasta ahora no ha valido para nada; ahora es la regata de nuestra vida» , relata Ángela, que junto a Tamara y Sofía acabó bañándose en ese oro, siendo incapaz de retener las lágrimas mientras en el podio recibían la medalla, sonaba el himno y subía la bandera de España: «Todavía hoy no eres consciente del todo Fue además más especial porque allí estaban mis padres y mi hermano. Lo he vivido con mucha normalidad. Obviamente es un sueño cumplido. Pero te das cuenta cuando se acerca alguien y te dice: ‘Gracias por haberme hecho feliz; no sabes lo que disfrute con vuestras regatas’» .
Fulminado el Elliot, decidió pasar a 470 , aunque primero lo intentó en 49r FX. Unida está ahora por el sueño hacia Río con Patricia Cantero . De tripulante a patrona. Un resetear en muchos aspectos. Van progresando. Pero el camino no es fácil. Existen regatistas con experiencia en la clase. «No es imposible» , dice. Lo primero es clasificar al país. Aunque las dificultades coyunturales y económicas están presentes. Hace dos meses se enteraban de que les quitaban la beca ADO. Incluso pensó en dejar la vela. Pero aguanta . Busca apoyos. Incluso lanzó una colección de pulseras «Pumariega Team» en busca de esa repetición del sueño.