debate de investidura
Podemos cede a Puig los votos justos y evidencia su control al presidente
El líder del PSPV abre la puerta al nacionalismo y afirma que está harto de «ofrendar nuevas glorias a España; Puig provoca críticas en su grupo al impulsar la rebaja del listón electoral del 5% tal y como reclama Compromís
La nueva composición de las Cortes autonómicas ofreció ayer una sensación desconocida. Un grupo en la oposición más numeroso que el del partido que sustenta a la Presidencia de la Generalitat, que no al gobierno, y por ende aplausos más atronadores para el presidente saliente que para el entrante.
La paradoja apoyada en los pactos postelectorales fue más allá del sonómetro y se impuso también en el formato y los discursos del debate de investidura que dio ayer con la figura del socialista Ximo Puig como el sexto presidente de la democracia valenciana con el apoyo del PSPV (23), Compromís (19) y algunos diputados de Podemos (8), para un total de 50, que son justo los que exige el reglamento para ganar en la primera votación. Enfrente tuvo el rechazo del PP (31) y el de Ciudadanos (13), con las abstenciones del resto de Podemos (5).
En el formato se notó porque lo lógico, desde la óptica socialista, es que Ximo Puig hubiera podido capitalizar la atención dividiendo en dos días el debate con preeminencia para el suyo . Al unirlo en la misma sesión, por presiones de Compromís y Podemos, su argumentario se diluyó en el del tripartito y se ciñó al «pacto del Botánico». Y se notó en los discursos, porque no hubo novedades respecto a ese pacto difundido hace ya una semana. Nada con el sello del presidente.
Un gesto inesperado
El disgusto para Ximo Puig fue mayúsculo porque semanas de negociaciones no han valido siquiera para que los 13 diputados de Podemos le apoyaran. La maniobra no perseguía nada más que evidenciar lo precario de la situación del líder socialista, a quien la Presidencia le puede salir muy cara desde el punto de vista orgánico . Antonio Montiel, secretario general de Podemos, explicó de hecho que «no somos un tripartito y estaremos expectantes para que se cumpla el acuerdo del Botánico».
Uno de los artífices del pacto, el socialista Manuel Mata , mostró durante su parlamento como portavoz socialista el enfado con Montiel, a quien espetó que «a los valencianos les hubiera gustado ver que había 55 diputados de izquierda en la Cámara». Guerra fría pero pasando capítulo por la necesidad de mantener el pacto. Ximo Puig –quien confirmó que el curso escolar comenzará el 10 de septiembre y no el 3, como había previsto el anterior Consell– solo se salió del guión del Botánico para avanzar que quiere «más pluralidad» en la Cámara , por lo que propuso « una reforma electoral para rebajar el listón del 5% y facilitar todavía más la pluralidad ».
Este punto escoció en la bancada socialista , ya que no se había consultado previamente, y muchos de sus diputados consideran que puede fragmentar aún más el voto de izquierda –con la entrada de EUPV si se baja al 3% – y de algún grupo más a la derecha del espacio que ocupa el PP.
En lo demás, Puig adelantó que el Consell pedirá «perdón» a la Asociación de Víctimas del Accidente de Metro 3 de Julio; eliminará el copago en los medicamentos para pensionistas; reabrirá Radiotelevisión Valenciana desde el diálogo al servicio del pueblo «y no del gobierno»; defenderá la cultura valenciana e impulsará un cambio de modelo productivo.
Financiación autonómica
Comprometió su palabra para exigir un nuevo modelo de financiación autonómica y se adentró en la dialéctica del nacionalismo al asegurar que la Comunidad «está exhausta de ofrendar nuevas glorias a España. Es hora de que se trate a los valencianos y valencianas con equidad», en alusión a la estrofa del Himno Regional que sintetiza la convivencia en armonía con el resto del país.
En su cara a cara con el presidente saliente, Alberto Fa bra, Puig le recordó que la «herencia» actual de la Comunidad es de veinte años de gobierno popular y dijo no tener «rencor hacia nadie», aunque se va a acabar la política de «ordeno y mando» y les dejan un «difícil punto de partida».
La portavoz de Compromís, Mónica Oltra , por su parte, dio su apoyo a Puig aunque «esto no sea un cheque en blanco», y le animó a «crear las bases de un nuevo país».
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