DEPORTE FEMENINO
Irene Garí: Proyección hacia los aros
Irene Garí comenzó a encestar sus primeros balones en Oliva y hoy juega en la liga universitaria de Estados Unidos, donde compitió en Texas y la próxima campaña lo hará en Atlanta
![Irene Garí: Proyección hacia los aros](https://s3.abcstatics.com/Media/201506/22/Irene%20Gari%20ABC%20canasta--644x400.jpg)
Sin techo. Sin puertas. Sin barreras. Un decir no al no puedo, al bajar los brazos, al desistir en la lucha por los sueños. Y con una fórmula sobradamente conocida: trabajar mucho, muy duro y siempre creyendo en las posibilidades de uno mismo. En ningún caso, darse por vencido de buenas a primeras. Si existe el momento en el que el avance no va más allá que sea porque ya no depende de uno. Conceptos todos que parecen obvios, pero que a menudo las personas olvidan. Y el alcance del deporte de alto rendimiento exige de ello. Sin condiciones. Irene Garí Gilabert (Oliva, Valencia, 10/09/1994) nunca se condicionó para el baloncesto , sino que desde el pabellón de su pueblo comenzó a forjar una carrera que pretende sea rotunda y brillante y que por el momento le ha llevado a Estados Unidos , a esas conocidas ligas universitarias donde se forjan muchos de los grandes deportistas . Sin miedos. La baloncestista, a sus 20 años, mantiene un discurso maduro, firme, impecable y con retos en lo que viene para ella, pero siempre sujeta al trabajo.
Irene, estudiante de Negocios Internacionales por la Universidad de Texas en El Paso (UTEP) , donde llegó con una beca, ha finalizado sus estudios previstos para cuatro años en tres cursos, que ha compaginado con el basket. Ahora, desarrollará su cuarto año con un Máster en Georgia Tech, en Atlanta , y un nuevo paso en el potente baloncesto universitario norteamericano.
Explica la jugadora respecto a su vida en Texas que «por la mañana tenemos sesión de físico y pesas (recuerda que cuando llegó -«parecía un palillo- le advirtieron que debía coger fuerza ). Vamos a clase de siete y media a doce, y luego tenemos entrenamiento. Por la tarde tenemos tutorías de refuerzo de los estudios. Al acabar me gusta desconectar. En El Paso he hecho amistades con gente que considero mi familia y con ellos desconectó. No todo es baloncesto . Si te encierras en un tema no ves más allá. Me gusta ir al cine, de compras...» .
El mayor impacto le viene al vivir de primera mano la cultura deportiva en Estados Unidos. Se mire por donde se mire, otro mundo respecto a España: «El deporte universitario allí es el modelo a seguir . Cada universidad tiene equipos masculino y femenino. Se invierte mucho en el proceso universitario. Por ejemplo, el equipo de ‘soccer’ -fútbol- femenino es uno de los favoritos al Mundial y no es casualidad. Y la base está en el trabajo que se proyecta desde la universidad. Es un proceso de creación de deportistas . Los resultados están en los Mundiales, en los Juegos Olímpicos...».
«Los niños en el instituto ya están jugando a baloncesto a un gran nivel, porque saben que si son buenos pueden conseguir una beca para ir a la universidad» , cuenta Irene.
Invertir en el talento
Reflexiona la baloncestista sobre el caso de España y el hecho de que «hay mucho talento, pero creo que no se invierte lo suficiente en los deportistas para hacerlos crecer y darles oportunidades . Hay mucha gente que no tiene recursos económicos y no puede llegar a alcanzar su máximo potencial por esto», al tiempo que subraya que lo que hacen los deportistas españoles en muchas disciplinas es un milagro.
Garí vive allí esa forma de entender el crecimiento en una carrera competitiva. «Tú trabajas para ser el mejor, pero al lado tienes a alguien que quiere lo mismo y hace que todavía te esfuerces más», cuenta. Quizás para algunas de las circunstancias que hoy vive ya le preparó en su día Ramón Jordana , entrenador que tuvo durante dos años en el Siglo XXI : «Cuando nos daba charlas, a veces no entendías el porqué decía esto o aquello, pero con el tiempo te das cuenta de lo que significaba. Cosas que he vivido ya te las advertía él. Te preparaba para el futuro. Te iba presentando lo que te iba a pasar» .
Irene seguirá ahora sus estudios y su carrera deportiva en Atlanta . Decidió el cambio después del Europeo sub’20, con el ganó la plata con España . «No jugué mucho y entendí que había que buscar algo más exigente para no estancarme . Me hablaron otras jugadoras europeas que están en Georgia Tech del gran nivel de la entrenadora y busqué el cambio. Por eso me reorganicé las clases para acabar en tres años en lugar de cuatro y evitar una temporada en blanco», explica.
Irene, integrante del equipo del Proyecto FER , como su primo Héctor Cabrera , campeón paralímpico de jabalina, medita arrancar un blog para trasladar a los jóvenes esa idea de crecimiento y de poder alcanzar sueños si se trabaja duro.
Etapa en Atlanta
Contar esos inicios, con diez años, en el Club de Basquet Oliva , que llamaron la atención del Ros Casares , donde pasó dos temporadas -«viví allí un momento importante cuando mi entrenador de infantil de segundo año decidió colocarme de base (medía 1,80 metros) y desarrolle mis habilidades con la pelota y la visión de juego» -, antes de enrolarse a los catorce, y durante cuatro campañas, en el Siglo XXI en un centro del alto rendimiento. Momentos y decisiones complicadas. En el paso de Oliva a Valencia se brió un periodo de viajes en tren por las tardes para entrenar y regresar por la noche. Con la marcha a Barcelona, llegó el momento de alejarse de casa y vivir lejos de sus padres, quienes siempre le han apoyado. Experiencias que le hicieron madurar para cuando se fue a Estados Unidos .
En paralelo, ascendió por las categorías inferiores de la selección española. Y llegó la hora de Texas. Otro periodo de aprendizaje y una nueva etapa: «Ahora quiero crecer en Georgia y al acabar buscar opciones en Europa para tener la oportunidad de jugar profesionalmente . Después de hacer el recorrido que he ido haciendo sería un error no intentar ser profesional y ver hasta dónde puedo llegar. Si el trabajo me lleva a la absoluta será ideal». En su libro de estilo una idea clara: «Mi filosofía es trabajar y luego lo que tenga que venir ya vendrá. Ni me pongo presión, ni objetivos, hay cosas que están en mis manos y otras que no».