VOLEIBOL FEMENINO

España madura una selección de futuro

El seleccionador Pascual Saurín y las jugadoras Danira Costa y Mireya Delgado detallan las claves de un grupo en pleno proceso de cohesión y creencia en sus posibilidades

España madura una selección de futuro RFEVB

RAÚL COSÍN

La formación de una selección de voleibol femenino potente está en pleno proceso. Superado lo traumático de un cambio generacional notable, el proyecto marcado a medio y largo plazo toma fuerza progresivamente. Se cuece a fuego lento, pero al punto justo para contener ya un nivel competitivo importante y para marcarse objetivos importantes como la clasificación para el Europeo de 2016. En ello trabaja la federación y el seleccionador Pascual Saurín y su equipo de trabajo. No son muchas las oportunidades en las que las jugadoras españolas se concentran para disputar torneos con peso para formar ese bloque totalmente cohesionado, competitivo y que crea.

España disputa frente a República Dominicana un torneo bilateral que comenzó en Valencia , que siguió en Xátiva y que finaliza en Lorca el miércoles 20 de mayo. Es uno de los combinados más fuertes del mundo por detrás de Brasil, Cuba o Estados Unidos. A los puntos en este torneo a dos, España y las dominicanas, van iguales, pero Saurín busca de este periodo de trabajo más allá de los resultados que «estemos preparados para competir contra una selección referente, que nos puede enseñar el potencial de voley. El objetivo es que se nos quiten los complejos y que creamos que somos capaces de jugar contra equipos de este nivel».

Arrancó el pasado año un cambio generacional muy profundo. Quizás al principio se pagó la novatada. La reflexión fue ir poco a poco y lo que se percibe es que «la idea y el nivel competitivo que ya notamos en la última actividad del año pasado, se mantiene este verano», al tiempo que explica que «al ser un grupo tan joven todavía no tenemos la percepción de la realidad competitiva internacional».

Saurín cuenta con una mezcla ahora de jugadoras con experiencia y chicas muy jóvenes: «Creo que las veteranas que nos quedan ahora mismo están muy implicadas en el proyecto y están aportando mucho a las más jóvenes. Tenemos de todo. Gente con calidad, gente de futuro, a la que le vemos potencial, que en dos o tres años pueden ser jugadoras determinantes dentro del grupo».

Una vez finalice la fase de trabajo que implica el torneo contra la República Dominicana, arrancará otra etapa para las jugadoras de Saurín en las que se disputarán amistosos en Suiza y Hungría. Queda por confirmar una cita contra la República Checa.

Experiencia en Haifa

Fundamentales son cada una de las oportunidades en las que la selección se concentra. El momento de competición frente a otras selecciones llega en verano, «por eso es muy importante para nosotras que la calidad de las concentraciones sea lo más alta posible» explica la colocadora Danira Costa (Almoradí, 1992), quien considera que el grupo está «muy bien, con las cosas muy claras, trabajando con muchísima intensidad, con muchísimo sacrificio, estamos dispuestas a hacer lo que haga falta conseguir estar ahí».

La alicantina, que juega en el Avarca Menorca, hija del olímpico de voleibol Venancio Costa, muy comprometida con el trabajo en la selección refrenda la idea de que el objetivo es clasificarse para el Europeo, pero que «hay que ir poco a poco, creciendo, sabiendo cuál es papel que tenemos que desempeñar».

«Lo que estamos intentando es avanzar todo lo que podamos para poder preparar y optar a estar en el Europeo del próximo año. Por ránking está más difícil que el año anterior, porque no nos clasificamos. Nuestro ranking ha bajado y tenemos que enfrentarnos a equipos más duros», explica Costa, quien cuenta respecto a su temporada en Menorca que «hemos hecho una buena clasificación y ha sido un año que me ha permitido venir a la selección con un poco más de experiencia».

La receptora Mireya Delgado (Gijón, 1991) es una de las jugadoras que buscaron suerte fuera de España después de la caída en picado hace cinco años de la competición, que era potente. Primero, jugó en Francia. Esta campaña lo ha hecho en el Haifa de Israel: «El voleibol en Israel lo veo en crecimiento. Es un país que está creciendo muy fuerte económicamente. Hay una serie de personas que están apostando por el voleibol. Este año se permitieron tres extranjeras, el año que viene cuatro. Está creciendo la liga».

La jugadora asturiana comenta sobre su experiencia en Israel que «no es tan diferente a España como pensamos. El tema de seguridad en ningún momento tuve ninguna sensación de miedo ni nada». Respecto a su paso por la competición francesa, a la que llegó tras decidir buscar opciones fuera de casa, cuenta que «hay apoyo económico y se televisa. Está más regulado. Los equipos necesitan presentar las cuentas como que están saneadas. Tienes una seguridad casi total de que no va a quebrar. Y si sucede, hay un seguro que cubre a los jugadores. En esos países se puede vivir del voleibol».

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