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Sagunto teme la llegada del Sorrento: «Nos tragamos lo que otros no quieren»
Los residentes de Puerto de Sagunto protestan por la decisión pese a que los expertos descartan el riesgo de fuga de combustible
La llegada del ferry «Sorrento» al Puerto de Sagunto genera intranquilidad entre los vecinos. A pesar de que la Autoridad Portuaria de Valencia ha insistido en que no existe riesgo de fuga y en que no está prevista ninguna operación peligrosa en los muelles -como la descarga de fuel-, varios centenares de personas se concentraron el pasado martes en señal de protesta y son numerosas las voces en contra de esta decisión.
«¿Por qué tienen que traerlo aquí? ¿Qué necesidad había? No nos da ningún tipo de confianza», remarcan Mari Carmen, Paquita y Tere, tres vecinas del núcleo, mientras conversan del tema en una terraza de un bar en primera línea de playa . «La verdad es que nos gustaría saber quién ha sido el inventor de esta idea, cuando el ferry se encontraba más cerca de Palma. Parece que todo el despojo tiene que acabar aquí», afirman.
Todas ellas muestran su enfado por haberse enterado «a última hora» de la llegada y temen el peligro que puede suponer su atraque porque «nunca se sabe qué puede pasar» aunque nieguen que exista riesgo.
Según aseguran, muchos de los vecinos están en contra. De hecho, no muy lejos de ellas también debaten sobre el tema un grupo de hombres mientras juegan a las cartas. «Hay miles de cosas que podrían ocurrir. Creemos que la solución era dejarlo donde estaba porque aquí ni siquiera hay astilleros. Además nos lo hemos tenido que comer en Sagunto y no en Valencia», comentan.
Las opiniones parecen diferir más entre los hosteleros. Joaquín Quesada, gerente del bar de tapas Cortijo Andaluz, admite que también teme que se produzca una fuga de fuel, aunque las posibilidades son mínimas . «Si esto ocurriera, el verano se iría al traste porque aquí no vendría ningún cliente. Lo malo es que toda la difusión que ha tenido esto es peor que el hecho en sí. Lo normal habría sido llevarlo a un lugar con astilleros y de forma más discreta, no era necesario que acabara aquí», señala.
Aun así, espera que al menos repercuta económicamente de forma positiva a su negocio, al igual que José Ramón Fernández, gerente de la pulpería Terra Meiga, y Rafael Micó, distribuidor de Cervezas Ambar: «Siempre que no se vierta el fuel esto puede suponer hasta algo bueno. Si aquí van a estar varias personas trabajando durante dos semanas, pueden venir a comer o almorzar y dejar algo de dinero. Lo que está claro es que parece que nos tragamos lo que nadie quiere».
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