Mi banco sospecha de mi

Que en un país como el nuestro un banco sospeche de su cliente es, cuando menos, llamativo. Sería mucho más razonable que un cliente sospeche de su banco. Por el pastizal que nos ha costado sacarlos de la crisis para que vuelvan rápidamente a tener unos beneficios milmillonarios. Pero lo que hay es lo que hay. Y resulta que una de las entidades financieras con las que trabajo, Cajamar, sospecha de mi.

La cosa es que me ha mandado una carta sospechosa. En ella me habla de no se qué normativa contra el blanqueo de capitales y me pregunta, por ejemplo, si el dinero que tengo depositado en la cuenta es mío. Y me exige que, en caso de que no lo sea, le diga de quien es. Por ejemplo de Al Capone, pensé yo inocentemente.

Inocentemente porque apenas unas líneas después me hace la pregunta del millón. Me pregunta si soy o he sido concejal. Ya está la cuestión clara. Es que claro, si uno ha sido concejal…. pues ya se sabe.

Pero mi banco no se conforma con saber si he sido concejal. También me pregunta si tengo algún familiar directo que lo es o alguien cercano en esa situación. Luego me explica lo que es “alguien cercano” y yo no consigo entenderlo.

Me llama la atención la actitud de fiscal del distrito del banco y me llama la atención también especialmente la fijación que tiene con los concejales. No le interesan ni los diputados, ni los cargos de confianza de la administración, no. Solo los concejales.

Y me parece excepcional tal esfuerzo interrogador por tres libretas de ahorro a nombre de tres menores y de su madre donde mis chiquillas guardan las estrenas de navidad. En total, creo que el montante de las tres ronda los 500 euros. En fin, un billete de esos que estuvieron tan de moda hace unos años.

Y también me llama poderosamente la atención que el otro banco con el que trabajo, donde va la nómina, la hipoteca, los recibos, es decir, el 100% de mi actividad económica, por ahora, no me ha preguntado nada.

En fin, a grandes problemas grandes soluciones. Voy a eliminar las tres libretas y sanseacabó. Porque una cosa es que Cajamar sospeche de mi, que me parece hasta bien. Ahora, no voy a consentir que sugiera que soy concejal o tengo relación con alguno. Hasta ahí podíamos llegar.