POLÍTICA
Rajoy reúne a la cúpula del PP valenciano para cerrar filas con «sensatez» ante el 24-M
Transmite confianza ante el proceso electoral y está convencido de que se podrá gobernar «con dificultades»; la salida de Rus exige, según Rajoy, un ejercicio interno de «prudencia» y ve en Ciudadanos «bastante despiste»

El acto sectorial de empleo que el Partido Popular de la Comunidad Valenciana celebró ayer en el edificio Veles e Vents de la Marina Real con la presencia del presidente nacional, Mariano Rajoy, permitió a la organización en la región cerrar las heridas que ha abierto la salida traumática de quien hasta el pasado lunes era presidente provincial de Valencia, Alfonso Rus.
En el discurso de Rita Barberá no hubo alusión alguna al Caso Imelsa, que ha acabado con Rus suspendido cautelarmente de militancia . Tampoco lo citó Mariano Rajoy, aunque sí explicó el líder nacional que el PP «tiene historia, ha pasado por momentos más o menos complicados y, a veces, ha cometido errores». Alberto Fabra, por su parte, sí quiso recordar que «nos hemos regenerado como partido y hemos superado el desencanto».
Rajoy tiró de ironía al asegurar que «somos el único partido que comete errores en España, pero bueno, somos como somos». No hubo más alusiones, y centró ya el resto de su discurso en la creación de empleo y la mejora económica de los últimos meses.
Eso fue en público, ante empresarios, militantes y representantes de la sociedad civil. Pero en privado sí hubo más alusiones directas. Rajoy improvisó un almuerzo con la cúpula del PPCV en un restaurante de la playa de El Cabanyal , muy cercano al lugar donde se celebró el acto, y recorrió a pie esa distancia –donde recibió la atención de algunos de los viandantes que ocupaban el paseo marítimo–.
Compartió mesa y mantel con el presidente regional, Alberto Fabra; la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá; el delegado del Gobierno, Serafín Castellano; la coordinadora general del PPCV, Isabel Bonig; el presidente provincial de Valencia, Vicente Betoret; el de Alicante, José Císcar; el de Castellón, Javier Moliner; y el presidente del PP de Valencia, Alfonso Novo.
El encuentro resultó «distendido» y Rajoy empleó la mayor parte del tiempo en analizar otras cuestiones ajenas a la política para desconectar un poco de la realidad de acoso que vive el PP. En la parte final de la comida, antes de emprender en AVE el viaje de vuelta a la capital de España, Rajoy explicó que es momento de «cerrar filas», y mantener la «sensatez y la prudencia» a nivel interno, después de la salida de Alfonso Rus, así como «dar cariño a nuestra gente».
El presidente nacional del PP transmitió «tranquilidad» a sus compañeros de partido ante la cita electoral del próximo día 24, ya que está convencido de que tendrán un apoyo «mayoritario» y que los populares podrán, también en la Comunidad Valenciana, «gobernar aunque con dificultades».
Los asistentes a la comida definieron a ABC ese encuentro como «el mejor impulso» que necesitaba ahora la organización en la Comunidad.
Como muestra de ese cierre de filas, los organizadores del acto en el Veles e Vents quisieron que el sustituto de Rus al frente de la presidencia provincial del partido, Vicente Betoret, se sentara al lado del propio Mariano Rajoy. También la mano derecha de Rus, Emilio Llopis, puso su granito de arena para que todo transcurriera con normalidad, como sucedió en la –temida por los populares– Junta Directiva Provincial del pasado lunes.
Peligro de las coaliciones
Rajoy quiso dejar claro también en su acto matinal su apoyo hacia el presidente valenciano, Alberto Fabra, a quien según explicó «le tocó gobernar en el peor momento, cuando no había un euro y cuando hubo que tomar las decisiones más complicadas». Es por ello que, aseguró, puede sentirse «orgulloso porque personas como tú ayudaron a que empezara la recuperación del país». Y consideró que Rita Barberá volverá a tener todo el «apoyo y cariño de los valencianos».
En cuanto a Ciudadanos, Rajoy advirtió en su discurso de que votar a partidos que puedan formar coaliciones de gobierno de tres o cuatro fuerzas es «jugar con fuego», porque España «necesita una política seria y no una barra libre de ocurrencias». En la comida asegurcó que ve a los líderes de Ciudadanos con «bastante despiste».
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