ENTREVISTA A JUAN CARLOS MORAGUES

«El hecho diferencial ante el 24-M es que solo el PP quiere bajar los impuestos»

El «número tres» en la lista del PP a las Cortes por Valencia defiende el realismo de la rebaja fiscal, al aumentar la recaudación en 2014

«El hecho diferencial ante el 24-M es que solo el PP quiere bajar los impuestos» MIKEL PONCE

D. MARTÍNEZ

El conseller de Hacienda que evitó la quiebra de la Generalitat Valenciana –cierto que con buena parte de ayuda estatal y pagando «peajes» como el cierre de Radio Televisión Valenciana o un drástico ajuste en el sector público empresarial– ocupa el tercer puesto en la lista del PPCV a las Cortes por la provincia de Valencia, que encabeza el presidente autonómico Alberto Fabra. Es decir, se trata del primer integrante de la lista que no ha elegido directamente Génova, pues se sitúa tras el propio candidato a la Generalitat y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que va de «dos».

Se trata de un político poco convencional, con un marcado perfil técnico –dejó su cargo como delegado de la Agencia Tributaria en Castellón para sumarse al Consell a finales de 2012– pero que en la precampaña ha descubierto su vertiente más «mitinera», como él mismo bromea. Convencido de que el PPCV puede terminar de revertir la endiablada situación económica que ha azotado a la Comunidad en los últimos años, pide a los valencianos un voto de confianza para terminar el proyecto que inició hace dos años y medio. Para ello, pone el acento –como no podía ser de otra forma– en la ambiciosa propuesta fiscal que protagoniza el programa electoral de los populares valencianos, y que se presentó hace diez días.

—Han presentado una ambiciosa reforma fiscal para la próxima legislatura. ¿Las arcas de la Generalitat, tan castigadas en los últimos tiempos, pueden soportar esa reducción de impuestos?

—Lo primero que quiero destacar es que el PP es el único que baja impuestos. Hemos presentado un programa fiscal detallado, pormenorizado, con propuestas concretas que benefician a la gran mayoría de los valencianos. Las rentas altas, a las que apuntan los partidos de izquierdas, son un mínimo porcentaje de las declaraciones presentadas. El PP, en cambio, opina que donde mejor está el dinero es en los bolsillos de los ciudadanos. La bajada impositiva que proponemos es responsable, se trata de ahorrar a los valencianos 180 millones de euros al año, unos 700 millones en la legislatura. Es asumible.

—Pero el déficit...

—Hemos hecho un gran esfuerzo de reducción del déficit, al tiempo que hemos incrementado hasta el 90% del presupuesto el gasto social. Para reducir el déficit hay que atacar los ingresos y también los gastos financieros, y ahora dos terceras partes de nuestra deuda son con el Estado, lo que permite ahorrar 750 millones de euros al año.

—¿Y no puede resultar contraproducente renunciar a ingresos necesarios para cuadrar las cuentas?

—Tenga en cuenta que estamos ingresando más de lo presupuestado por tributos propios. El año pasado recaudamos 200 millones de euros extra, un 17% más de lo previsto, y en el primer trimestre de este año el incremento sobre lo esperado es ya del 23%, con lo que crece más del doble que la media española. Además, por el sistema de financiación, las liquidaciones de los dos próximos años van a ser muy beneficiosas: en 2014 el aumento de la recaudación por el IVA en la Comunidad fue el mayor de toda España, con un 29%, y el global de los tributos estatales creció un 14%. Al final, se registró un incremento de recaudación de 800 millones de euros en la región. Es decir, la liquidación de 2014, que se cobra en julio de 2016, va a ser cuantiosa. Una fuente de ingresos importante. Y la de 2017, que se referirá a la recaudación de este año, también.

—Hablando del modelo de financiación, la Comunidad sigue infrafinanciada cuatro años después de que Rajoy llegase al Gobierno, a pesar de que se haya reconocido esa situación.

—Pero está el compromiso del Gobierno de cambiar el modelo de financiación tras las elecciones generales. Eso sí, si los actores somos los mismos que ahora. Si no, partiríamos de cero. Recuerde que el modelo de financiación actual lo aprobó el PSOE con el voto a favor de Pedro Sánchez, y Ximo Puig lo aplaudió. El PP ha tenido que corregir los errores del PSPV. Mire, Montoro ha citado tres comunidades como infrafinanciadas: Baleares, Murcia y la Comunidad Valenciana. Desde la oposición es muy fácil prometer. Aquí ha venido a anunciar un cambio de modelo el que gobierna ahora.

—Si lo tenían claro, ¿por qué ha costado tanto que Montoro admitiera la infrafinanciación, y por qué Rajoy no ha vuelto a plantear la revisión del modelo hasta que ha llegado la precampaña autonómica?

—Es una pregunta legítima. Tenga en cuenta que la herencia recibida del Gobierno Zapatero fue un agujero de 70.000 millones de euros y una recaudación a la baja. Ha habido que acometer muchas reformas a lo largo de la legislatura, y los ingresos han comenzado a recuperarse en 2014. Después del pasado verano se dio por fin el escenario para abordar el cambio de modelo, pero entonces se nos echaba encima una infinidad de citas electorales, y la negociación se complicaba. Pero en el camino tenemos que felicitarnos por el éxito de haber logrado concienciar a quienes vinculaban déficit y despilfarro. Hemos demostrado que somos eficientes, y que no se trataba de un problema de gastos, sino de ingresos. Hemos extirpado la imagen del despilfarro.

—Volvamos a la bajada de impuestos. Rajoy ganó las elecciones de 2011 prometiendo una rebaja fiscal y luego subió los tributos. ¿Por qué deberían ahora creerles los votantes?

—Cuando el PP llegó al Gobierno, el 70% de los gastos se concentraba en cinco partidas, contando los gastos financieros. Había 90.000 millones de déficit, frente a los 60.000 reconocidos por el PSOE. Ha habido que hacer un sacrificio colectivo, que ha supuesto el esfuerzo de todos: Administración, empresas y familias. Y gracias a eso hemos pasado de decrecer el 2,9% en 2012, a crecer un 2,1% en 2014. La previsión para este año es del 3%. Cuando nos dieron al enfermo estaba en la UCI, y ahora ya le hemos dado el alta. Por fin podemos hacer aquello en lo que creemos: si la gente tiene el dinero en el bolsillo, crece el consumo y la se genera prosperidad.

—Se acercan las elecciones más abiertas de la democracia. ¿Qué puede pasar el 24 de mayo?

—En realidad solo hay dos escenarios. O gobierna el PP, en solitario o con apoyos, o bien se produce un Gobierno multipartito con al menos cuatro fuerzas políticas. En ese caso, da igual a quien voten los ciudadanos. Los votantes moderados tienen que saber que si votan al PSPV, es como si estuvieran votando a los independentistas de Esquerra Republicana de Cataluña, que va en coalición con EU. O como si votaran a Podemos, que supone la ruptura y el caos. Los votantes de centro-izquierda tienen que tener claro que el PSOE ha abandonado el centro político. Y nos estamos jugando la gestión de 18.000 millones de euros y 160.000 empleados públicos. Si le va bien a la Generalitat, le va bien a la sociedad. El otro escenario es que gobierne el PP. En tal caso, no nos da miedo llegar a pactos, somos abiertos y tolerantes, nos sentimos cómodos con el consenso.

—Parece que para lograrlo solo podrían contar con Ciudadanos, y quizá ni eso. Plantean una amplia lista de exigencias para dejar gobernar a la lista más votada.

—Ciudadanos tendrá que retratarse tras las elecciones. Si deja gobernar a un multipartito de izquierdas sería incoherente con el proyecto que representa Albert Rivera. Nos estamos jugando el futuro de los valencianos. En cualquier caso, tenga claro que esa decisión se tomará en Barcelona. En cuanto a las exigencias de regeneración… Ciudadanos ha copiado a Fabra su política de tolerancia cero con la corrupción, no le tienen que dar lecciones de ejemplaridad. También ha renovado el 70% de la lista autonómica, ha bajado la media de edad, propone una reforma de la ley electoral… ¿Qué regeneración representa Ximo Puig, que era jefe de gabinete de Joan Lerma? Al final, hay que tener claro que el 24-M afectará a la prosperidad de los votantes. Tienen que decidir si quieren subir o bajar impuestos, y el hecho diferencial es que el único que propone bajarlos es el PP. El resto habla de deuda ilegítima, de no pagar… mire lo que ha pasado en Grecia.

—Va como «número tres» de la lista del PPCV por Valencia. ¿No se ha planteado nunca en estos últimos años dejar la política y volver a la Agencia Tributaria?

—Nunca me he arrepentido de ser conseller, aunque gane menos y tenga menos tiempo para la familia. Trabajar para la Generalitat es trabajar para la sociedad. Yo he pasado días muy malos, como cuando no podía pagar a los colegios, o cuando tuvimos que cerrar RTVV. Pero dos años y medio después, no me arrepiento de ser conseller. Cuando llegué había problemas de liquidez, un interés del 8%, el estigma de la corrupción, Madrid nos pedía ajustes, se destruía empleo, teníamos la autoestima baja… en 30 meses le hemos dado la vuelta. Y es una satisfacción personal. Además, soy de los que piensa que hay que terminar lo que se empieza, y ser coherente. Quiero terminar el ciclo porque aún queda mucho por hacer. Y también quiero seguir por gratitud y compromiso con el presidente Fabra. Estoy muy agradecido de que me haya situado como «número tres» de la lista por Valencia. Creo que es una forma de reconocer el trabajo discreto de mi Conselleria.

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