cultura

«A la hora en el lugar» que apareció ETA

El fotógrafo Eduardo Nave expone en el Museo Príncipe Felipe su recorrido por los «puntos negros» de la banda terrorista

«A la hora en el lugar» que apareció ETA mikel ponce

marta moreira

Son las 10,15 de la mañana de un 15 de enero. En los jardines de la avenida de Blasco Ibáñez; junto al mismo banco. A través de una grabación nos llega el sonido apacible de unos pájaros. También el lejano rumor de una conversación entre jóvenes, probablemente estudiantes camino a clase. Parece un día más en un lugar ordinario, pero en realidad estamos observando el preciso lugar, a la misma hora, en que ETA asesinó al catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Valencia Manuel Broseta. Fue en el año 1992.

Esta fotografía, aparentemente anodina, de un banco solitario en un jardín, marca el inicio de un proyecto que llevó a Eduardo Nave (Valencia, 1976) a documentarse y recorrer España entre 2008 y 2013 retratando lugares donde la banda terrorista había cometido asesinatos. Como la tarea era ingente -el número de atentados mortales asciende a 621-, Nave decidió expresar la misma idea, pero acotando el número de localizaciones. El proyecto final -recogido en un fotolibro publicado por Phree en 2013- incluye 75 imágenes en las que están representadas todas las regiones de España y todos los meses del año. El volumen finaliza con una página en blanco dedicada al 10 de noviembre, con la que el autor ha querido hacer referencia al único día del año en que ETA no ha asesinado a nadie durante sus cuarenta años de existencia.

El citado libro, titulado «A la hora, en el lugar», dio pie en 2014 a una exposición en el centro Conde Duque de Madrid. La muestra se podrá ver desde mañana y hasta el 14 de junio en el Museo Príncipe Felipe. Es un montaje atípico, concebido en torno a una hilera de mesas, que en conjunto recuerdan a un monumento funerario conmemorativo. En cada mesa se expone una fotografía, sobre la que el visitante puede documentarse a través de textos complementarios y videos con el «making off» de cada instantánea.

Una «energía» distinta

«El germen de este proyecto surge cuando tenía 16 años. Yo era estudiante de BUP y asesinaron al padre de un compañero de mi clase, Manuel Broseta. Al día siguiente fui a casa de ese amigo para darle el pésame. Y ahí fue cuando pasé por el mismo lugar donde le habían disparado. Me impresionó profundamente», explica el fotógrafo valenciano, cuyos trabajos artísticos ahondan a menudo en la idea de la memoria, los lugares y el olvido. Otro de sus proyectos, «Normandía», consistió en recorrer las cinco playas donde se produjo el desembarco de las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial. Una manera de describir sin palabras las huellas físicas y psicológicas que deja la Historia en nuestro presente. «Son lugares corrientes, pero creo que conservan una especie de energía colectiva -explica el autor-».

Una de las premisas autoimpuestas por Eduardo Nave en este trabajo fue reducir sus decisiones al mínimo para que los hechos hablaran por sí mismos. «No quise decidir el encuadre ni el tiempo de exposición de las fotos. Si por ejemplo retrataba un sitio donde había explotado un coche bomba, yo abría el encuadre con un gran angular y ampliaba el tiempo de exposición de la cámara hasta 10 minutos, que es más o menos el periodo de tiempo del caos absoluto que se produce en este tipo de atentados. Por el contrario, si se trataba de fotografiar el lugar donde han asesinado a una persona con un disparo, entonces cerraba el encuadre y le daba más detalle para aproximarme con los parámetros fotográficos a la situación real que vivió esa víctima. Este proyecto es un homenaje a todos ellos».

«A la hora en el lugar» que apareció ETA

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