Diez restaurantes para empezar a disfrutar la primavera en Valencia

Arribar

Situado en plena Marina Real Juan Carlos I, en el puerto de Valencia, es una las terrazas más grandes donde disfrutar del buen tiempo comiendo o tomando un aperitivo junto al mar.

Arribar es un restaurante 100% mediterráneo. En su carta ofrece una amplia gama de arroces secos, arroces melosos, fideuás y pescados frescos del día, además de una extensa lista de entrantes con clásicos de la cocina valenciana como tellinas o clóchinas, aunque también otros más exóticos como las vieiras al champagne, el foie caramelizado con mermelada de flores o las brochetas de langostinos con pasta kataifi.

Cuando cae la noche las paellas y pescados desaparecen y dejan paso a cócteles y copas. Arribar se convierte en Vlue Arribar, uno de los pubs más concurridos de las noches veraniegas.

Brassa de Mar

Una terraza colorida y original donde las haya. La tranquilidad que inspira el color blanco se impone en todo el local, aunque el toque especial lo da el suelo verde que recuerda al césped del jardín. El valor de esta terraza reside realmente en sus vistas a la playa de la Patacona.

El estilo es mediterráneo y de mercado, una cocina con una línea creativa que sorprende en algunos casos, aunque sin grandes artificios. Aquí siempre se respeta la base del plato y del producto. Algunos de sus entrantes más demandados son los calamares de playa a la brasa con salsa verde, el Carpaccio de solomillo de buey con parmesano reggiano o el Foie templado sobre fritura de alcachofa y huevo.

La Más Bonita

La Más Bonita es un lugar único y especial. La decoración del local está inspirada en las villas de Formentera, con una construcción rústica, vigas de madera, paredes desiguales y el azul celeste y el blanco como protagonistas en paredes y mobiliario.

Aquí sirven desde desayunos, con leches de distintas clases y repostería casera, hasta comidas y cenas donde las ensaladas y los sandwiches son los protagonistas, aunque no faltan las cremas caseras y los entrantes como las Milhojas de berenjena y tomate con queso de cabra al pesto o el Falafel casero con ensalada de yogur y paté de lentejas y miso. Además también ofrecen frappés, licuados y batidos de fruta natural para las meriendas.

Un lugar perfecto para comer, cenar o tomar algo en primera línea de playa y que te transportará a las islas Pitiusas.

Arrocería Duna

Una de las arrocerías de referencia en Valencia. Este restaurante dio sus primeros pasos con solo siete personas y simulando una embarcación, hasta hoy que se ha convertido en un local de 1000m2 y una plantilla de más de veinte profesionales.

En pleno corazón de la Albufera en Duna no se puede encontrar otra cosa que productos valencianos de primera calidad. Especialistas en arroces, con más de 50 variedades, aunque también dejan sitio para los platos de mercado elaborados con productos frescos. Los entrantes también son mediterráneos al 100% con platos como la clásica «ensalada valenciana», la gamba rayada de Denia o las croquetas de bogavante. Y para finalizar postres caseros, entre los que destaca su tarta de manzana y hojaldre.

Además de su cocina, este local destaca por su decoración minimalista en tonos claros y su localización, rodeado de dunas y a pocos metros del mar.

Nou Racó

Heredero del mítico restaurante valenciano El Racó de l’Olla. Este restaurante no solo está situado en la Albufera, sino que forma parte de ella. Está perfectamente integrado en el centro de ésta, rodeando de vegetación y agua. En Nou Racó son conscientes del potencial de este paisaje y lo aprovechan, ofrecen paseos en barca por el lago y han instalado una terraza chill-out en un tercer piso para disfrutar de las vistas de la zona con una copa o un cocktail en la mano.

El estilo aquí es claramente mediterráneo. Son especialistas en paellas y arroces que preparan a leña, con la técnica de antaño, aunque no faltan pescados, carnes y postres caseros. Se trata de platos tradicionales con ligeros toques de la innovación que aporta su grupo de chefs.

Vivir sin dormir

Es un clásico de la playa de las Arenas y de la ciudad. Vivir sin dormir abre a las once de la mañana, y a medida que avanza el día va mutando y adaptándose a las distintas necesidades de sus clientes. Ofrece desde un desayuno o «brunch» con pan y bollería casera, hasta copas y combinados por la noche y de madrugada.

El estilo de los platos que sirven en comidas y cenas es muy ecléctico. Desde arroces, que no pueden faltar en un restaurante de primer línea de playa, hasta hamburguesas gourmet, bocadillos y sandwiches. También ofrece una extensa carta de entrantes típicos españoles como pulpo a la gallega, calamares o pescaditos.

Café Llebeig

El Paseo de la Alameda es un microclima dentro de la ciudad de Valencia. Sea cual sea la época del año, siempre hace sol y calor. Aunque el local de Café Llebeig es de tamaño reducido, se ha hecho con un buen pedazo del cotizado paseo. Esto y su cocina lo convierten en una de las paradas obligatorias para comer o cenar en cuanto asoma el buen tiempo.

Llebeig es mucho más que un café donde tomar algo entre horas. Además de cafés, zumos, cócteles o batidos, aquí sirven verdaderas comidas y cenas a base de «picoteo» y montados. Los reyes de la carta son los bocadillos y los montaditos, desde un clásico como el de huevo de codorniz, jamón a la plancha y patata rota hasta otros más innovadores como el de berenjena con queso brie y paté de tomate seco o el de solomillo ibérico con cebolla caramelizada y mostaza. Para cerrar estómago una extensa carta de postres caseros en la que destaca como recomendada por el propio local la tarta de zanahoria y vainilla.

La Roca

El valor añadido que diferencia La Roca es su terraza en altura, desde la que se tiene vistas de la zona y del resto del restaurante y su piscina.

El nombre completo de este restaurante es «La Roca. Brasa & Copas». Aquí ya deja entrever cuál va a ser el estilo de su cocina: carnes, pescados y tostas de pan de cristal a la brasa. Desde un chuletón de buey hasta un rodaballo de 600g con verduras. También ofrece una breve carta de ensaladas y entrantes típicos de la zona como caracoles en su salsa, olivada con galleta de parmesano o ajo arriero con cortezas de bacalao.

Sus poco más de dos años de vida le han bastado para ganarse los estómagos de los vecinos de una de las zonas más exclusivas de la ciudad, Santa Bárbara.

Masía Romaní

Su amplio jardín perfecto para acudir con niños es lo que atrae a la mayoría de los clientes, que luego quedan atrapados por la calidad de los platos. La Masía Romaní es un restaurante de corte tradicional, sillas y mesas de madera cubiertas con clásicos manteles de tela, suelos de barro y paredes blancas y de ladrillo caravista. Aunque la verdadera protagonista del local es su vegetación, que con el paso de los años no hace más que crecer.

La cocina de este restaurante mezcla tradición e innovación de aire internacional. Igual se encuentra unas clásicas croquetas de jamón y unas bolitas de bacalao, que guacamole o picada criolla. Y en los principales ocurre lo mismo, desde una carrillada de ternera hasta kefta de cordero de lechal (bolitas de cordero especiadas con hummus, cous cous y yogur de pepino).

Novecento Sky Bar

El restaurante con una de las terrazas más especiales de Valencia. Situado en el ático del hotel SH Valencia Palace, ofrece unas vistas de la ciudad inmejorables.

Su cocina es mediterránea. Los entrantes están compuestos de platos típicos valencianos como el calamar de playa a la brasa, el pulpo con crema de patata o el tomate valenciano con mozzarella de búfala y albahaca. Aunque sin dejar de lado la innovación, con el estilo creativo de su chef.

Novecento Sky Bar también ofrece un servicio de bar para tomar una copa mientras se disfruta de la panorámica de la capital y la brisa nocturna.