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En clave valenciana
La resaca de las andaluzas va pasando lentamente y la reflexión cada vez se va haciendo más sosegada. Entre los populares se debe realizar autocrítica tras perder medio millón de votos y hacer reaccionar a la maquinaria de Rajoy en Madrid y a la de todos los barones territoriales. Lo bueno es que tal aviso ha venido con dos meses de antelación.
No cabe duda de que Susana Díaz es en sí un monstruo político. Se podría comparar en la Comunitat a mujeres como Bonig o Català: jóvenes, todoterrenos y con un discurso claro y contundente. No son extrapolables los resultados de Andalucía a la Comunitat (aquí también se juega con el factor Compromís), como tampoco es comparable la candidata Díaz al candidato Puig, Ximo para los que no lo conocen, aunque se rodee de independientes por doquier para renovar la imagen de derrotas continuas.
Un discurso propio y autóctono por encima de argumentarios de partido enlatados desde las sedes centrales es una de las claves. El alcalde de Nules habla de tiempo de vaqueros y zapatillas, por encima de moquetas, añadiría yo. Desde la solidaridad a un proyecto común hay que marcar unas pautas propias, en clave valenciana.
Podemos y Ciudadanos ya han destapado sus cartas, ahora ya son nuevos en el parlamento andaluz. Ni los 15 de Podemos serán Pablo Iglesias, ni los 9 de Ciudadanos se llaman Albert Rivera. El día a día marcarán su nivel de oposición parlamentaria de estos dos partidos personalistas. En la Comunitat uno va bajando sus expectativas en las encuestas y el otro las va subiendo. El tiempo, en estos dos meses que quedan para elecciones, sus respectivas campañas y la composición de sus listas decidirán dónde tienen ambos su tope. Indiscutiblemente serán una realidad política en las próximas Corts Valencianes.
La clave valenciana que en Andalucía no existe es el papel de Compromís, la pérdida de votos que puedan tener el PPCV y el PSPV y la aparición en escena de C's y Podemos deja para estudiar como quedará el resultado de la formación nacionalista. En las encuestas les dan todas las opciones, bien suben, bien se estancan. El papel individual de su candidata puede marcar la diferencia, mucho más enérgica que Puig, Blanco o Montiel por ejemplo.