VERLAS VENIR
Los ricos también lloran
«Si en medio de la crisis más devastadora que hemos conocido las grandes empresas dicen que les va a ir mejor, nos parece un indicador de que las cosas mejoran»
No se si preocuparme por el 25% de los valencianos que quiere trabajar y no puede o por el 18% de los grandes empresarios de la tierra que dice que en este año no va a aumentar la facturación de sus negocios. La verdad es que podría parecer que una cosa y otra están relacionadas, pero no es así.
Esta semana hemos conocido la encuesta anual que la Asociación Valenciana de Empresarios pasa a sus 100 asociados (así si que es fácil calcular porcentajes) y resulta que los grandes empresarios de la Comunitat, la gran mayoría de ellos, ni más ni menos que el 82%, dicen que este año les va a ir mejor que el pasado. Ojalá ese porcentaje fuera aplicable al conjunto de la población. ¿Se imaginan el titular?: El 82% de los valencianos consideran que este año les va a ir mejor que el pasado. Va a ser que no.
Cada vez que se publica una estadística que viene a decir algo parecido a que los mil más ricos del mundo tienen tanta pasta como los cuatro mil millones más pobres, nos escandalizamos. Y con razón. Sin embargo, si en medio de la crisis más devastadora que hemos conocido las grandes empresas dicen que les va a ir mejor, nos parece un indicador de que las cosas mejoran.
Debe ser el caloret. Ese caloret que provoca un aluvión de reacciones en redes sociales y páginas y páginas de periódico con sesudos análisis sobre las gravísimas consecuencias políticas, sociales y geoestratégicas de la metedura de pata de la alcaldesa. Ese debe ser ese mismo caloret el que hace que acudamos impertérritos a la encuesta de los grandes empresarios sin preguntarnos siquiera sobre la oportunidad de las preguntas que se hacen en la misma. A mi, personalmente, que a los grandes empresarios les vaya a ir mejor me parece irrelevante –solo les afecta a ellos- y precisamente por esto, me parece inoportuno comunicarlo a una sociedad que no tiene tan buenas perspectivas.
Pero es lo que tenemos; es un producto más de la tierra. Al final supongo que lo que tenemos que hacer como sociedad es lamentar que ese 18% de grandes empresas no vayan a mejorar su facturación. Ya lo decía el título del culebrón: Los ricos también lloran.