Los diez restaurantes con más historia de Valencia
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Los diez restaurantes con más historia de Valencia

La ciudad cuenta con una larga tradición gastronómica que tiene su germen en primera línea de playa

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La ciudad cuenta con una larga tradición gastronómica que tiene su germen en primera línea de playa

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  1. La Pepica

    El Restaurante La Pepica celebró en 1998 el centenario de su fundación. Fue creado por Francisco Balaguer Aranda y Josefa Marqués Sanchís que al casarse crearon su propia casa de comidas dentro del puerto de Valencia. Años más tarde tuvieron que retirarse del recinto portuario pero continuaron sirviendo a los mismos clientes fuera, a la orilla de la playa, en barracones de madera.

    Y en el mismo sitio continua a día de hoy el que se ha convertido en uno de los restaurantes más característicos de la ciudad, ahora regentado por los nietos de los fundadores que 117 años más tarde todavía sirven a sus clientes con el buen hacer que les enseñaron sus antepasados.

    En su comedor se han sentado personalidades de la talla del escritor Ernest Hemingway, que en uno de sus libros menciona lo bien que comió en La Pepica, y miembros de la Familia Real española. También la alcaldesa de Valencia Rita Barberá y actores y deportistas como Ava Gadner, Antonio Banderas, Miguel Bosé, Pelé o Diestefano.

    La especialidad es el arroz Pepica (paella de marisco pelado). Se hizo por primera vez al pintor valenciano Joaquín Sorolla, Josefa le preparó el arroz de siempre pero con marisco pelado para evitar que se ensuciase. La visita de la Reina Sofía también dio lugar a la creación de un nuevo arroz, ya que al ser vegetariana se le hizo una paella de verduras que a día de hoy se mantiene en la carta.

    La clave del éxito de este restaurante está en el arroz que le hace un molino expresamente para ellos y en los productos del mar, los pescados y los mariscos llegan cada mañana recogidos de la noche anterior por una barca que sólo trabaja para su cocina.

  2. La Marcelina

    La Marcelina es una restaurante clásico de Valencia que tiene a sus espaldas más de cien años de historia. Lleva en la ciudad desde 1888. Debe su nombre a su creadora, doña Marcelina. Fue propiedad de sus descendientes hasta agosto de 1972, momento en que pasó a estar en manos de Pedro Castellanos, actual dueño. Para entonces el local ya era parte de la ciudad, hasta el punto que el Paseo Neptuno llegó a llamarse Avenida de la Marcelina en su honor.

    El restaurante ofrece una cocina mediterránea tradicional donde su clara especialidad son los arroces aunque con una gran variedad de platos de toda la vida. Los primeros platos están formados por pescados fritos, ensaladas, mariscos variados y platos típicos valencianos como el «all i Pebre» de anguilas, aunque también ofrecen clásicos de otros rincones de España como el gazpacho andaluz. Entre los segundos los arroces son los protagonistas, con una variedad de más de 15 tipos, pero sin olvidar carnes y pescados.

    También por aquí han pasado personajes importantes como Fernando Vizcaíno Casas, Luis Sánchez Polack o Jesús Barrachina Luna.

  3. El Gastrónomo

    Abrió sus puertas un 22 de mayo de 1985 y desde entonces no ha parado. Su fundador, Antonio Martínez Belenguer, nacido en una familia humilde entró en el mundo de la hostelería a los dieciséis años como aprendiz en el restaurante Los Madriles, a partir de ahí empezó una andadura por los mejores restaurantes de la época en la Comunidad Valenciana que culminó con el nacimiento de El Gastrónomo. Aquí Antonio volcó todo lo absorbido durante 20 años de aprendizaje.

    El Steak Tartare y el Tronco de Merluza con Gambas son sus platos estrella y un reclamo a la hora de atraer nuevos clientes. Pero hay más, como buen restaurante valenciano conoce el arte del arroz y ofrece una gran variedad entre la que no falta la paella valenciana o el arroz de bogavante. Aunque en su carta también destacan pescados y carnes elaborados acompañados de originales salsas y guarniciones. Para rematar la faena cuenta con una extensa carta de postres caseros aunque su protagonista indiscutible son los Crêpes Suzette que preparan en la propia mesa, en presencia del cliente.

    La decoración de corte clásico, destaca la madera, los cuadros y las telas en las paredes que lo convierten en un local cálido y acogedor.

  4. Palace Fesol

    Más de un siglo de historia acompaña al restaurante Palace Fesol, «El Palas» como lo conoce mucha gente en Valencia. El local fue fundado en 1909 por el matrimonio compuesto por Rafael Muñoz y Rosa Quiles, que comenzaron su andadura fundando Casa Rosa, famoso por sus alubias blancas (fesols), que darán nombre al futuro Fesol Palace.

    En la década de 1910 a 1920 se empieza a gestar el alma del Palace Fesol, ahora a cargo de la hija del matrimonio fundador, que amplió el establecimiento adquiriendo otro local. La tercera generación se incorpora en los años 70 cuando asumen la regencia las hermanas Ibáñez Muñoz con la ayuda de Isidro Sanmiguel. Finalmente la cuarta y última generación toma el relevo en los 90. Francisco Sanmiguel es el actual propietario, recuperando elementos antiguos, pero imprimiendo un toque de modernidad.

    La cocina parte de la tradición valenciana con un lugar prioritario para los arroces y los entrantes más típicos como el “all i pebre”, aunque también añade un toque de vanguardia con platos como el Hojaldre relleno de Cigala y Foie. Además de esto también hay sitio para pescados salvajes, carnes y postres caseros. Palace Fesol fue uno de los primeros restaurantes con cocina abierta al público.

    La decoración es un punto fuerte en este restaurante, tanto la barra como las sillas son de madera oscura, barriles del mismo tono colocados a lo largo del pasillo, en el comedor pared y columnas de ladrillo cara vista acompañado por mosaicos típicos valencianos y fotos que recogen la visita de artistas, toreros y cantantes como Gregory Peck, Catherine Deneuve o Enrique Ponce, entre otros muchos. Todo esto unido a sus altos techos y sus mesas amplias hacen de este restaurante un lugar único.

  5. Venta l'Home

    Este restaurante ocupa lo que fuera una antigua casa de postas del siglo XVII en Buñol. Venta l’Home lleva más de 300 años dando de comer al viajero y es considerado el restaurante más antiguo de la Comunidad Valenciana.

    Ofrece una cocina típica y tradicional valenciana aunque también incorpora toques del interior como setas o caza. En su carta destacan platos como: Ensalada de perdiz escabechada, Arroz meloso, Olla de Día de Fiesta, Lomos de jabalí con frutas salvajes o pescado fresco entre otros.

    El local está rodeado de pinos, cerca de la autovía pero lo suficientemente apartado para aislarse de ella y cuenta con una granja de animales típicos mediterráneos con burros, patos o gallinas. En el interior los años no han pasado, las mismas sillas de madera de antaño, techo con vigas de madera y paredes cubiertas de objetos antiguos colgados como platos y jarrones de cerámica.

  6. Casa Manolo

    La historia de este restaurante comienza en 1985, año en que la familia Alonso Fominaya llega a Valencia. Casa Manolo empieza siendo un chiringuito de playa con una cocina sencilla y marinera. Algunos años más tarde Manolín y Juan Carlos, hijos del matrimonio, toman el relevo y el restaurante da un giro. El chiringuito de playa se transforma en un restaurante de alto nivel.

    Juan Carlos se traslada a Alemania y Manuel toma las riendas de la cocina de la mano de su amigo Raúl Aleixandre, el maestro de los fogones en Ca’ Sento, que le fue adentrando en la nueva cocina. También trabajó con Martín Berasategui y Arzak. Casa Manolo experimenta un nuevo cambio todavía más espectacular que el anterior que viene acompañado de reconocimientos que premian el trabajo de tantos años.

    El local cuenta con reseñas y recomendaciones por las guías más importantes de la Comunidad Valenciana como “El Almanaque” y “El anuario de la Comunidad Valenciana”, a nivel nacional, como Gourmetour, Repsol, Parada y Fonda o Aguilar, e internacional, como Michelin que le llegó el pasado mes de noviembre.

    El crítico Antonio Vergara lo sitúa entre sus restaurantes arroceros por excelencia aunque Manuel ha demostrado que sabe hacer mucho más que arroces. Platos tradicionales con un toque vanguardista acompañan la carta como gazpacho con guacamole o buñuelos de bandada de bacalao. Como buen restaurante de playa no puede faltar espacio para pescados y mariscos como rodaballo, ostra con puré de apio y picadillo de tomate y pimentón o “sepionets” de playa a la brasa.

    Aunque su mayor atractivo sigue siendo el mismo que hace 30 años, su localización en primera linea de playa y sus ventanales con vistas al mar.

  7. La Herradura

    Abierto desde 1966 por el matrimonio formado por Manuel Ripoll y su esposa Josefa Chirivella, que se encontraron con la dificultad de llevar un negocio de temporada hasta que en 1995 llega a Valencia el Paseo Marítimo y con éste la ubicación del negocio en él, lo que permitía ofrecer un servicio todo el año. Es en este comento cuando Manuel delegó en su hija Amparo que junto a su marido José ha continuado la herencia de La Herradura, manteniendo las antiguas recetas como el «all y pebre» e incorporando otras nuevas como la Merluza a la valenciana.

    El restaurante ofrece una cocina autóctona valenciana con productos de calidad. Cuenta con una de las cartas de arroces más extensa de Valencia y junto a ésta raciones de tapeo con productos del mar como navajas a la plancha, chipirones fritos con ajos tiernos o clóchinas, pescados y carnes. Además es de los pocos locales dónde ofrecen la «Ostra valenciana» y todas sus verduras y hortalizas proceden de l’Horta Nord de Valencia.

    Después de tantos años de trabajo se ha convertido en un local reconocido y especializado en arroces y avalado por la pertenencia a la «Cofradía Internacional del Arroz de la Comunidad Valenciana». Además ha recibido la visita de personajes actuales entre los que se encuentra la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, El Gran Wyoming y la actriz Anabel Alonso.

  8. Restaurante Eladio

    El matrimonio compuesto por Eladio y Violette abrieron las puertas de este restaurante en 1980. Ahora es su hijo Michel el que regenta el local aunque todavía se puede ver a Eladio por allí con frecuencia.

    Aquí se puede disfrutar de la gastronomía gallega sin salir del centro de Valencia, representa una fusión ideal entre Valencia y Galicia. Los pescados, mariscos y carnes llegan cada día directamente desde Galicia, pero además cuentan con un acuario de agua marina en el que colocan langostas, bogavantes, ostras, almejas y otros crustáceos para que no pierdan su frescura.

    También destacan en este restaurante los postres, todos ellos caseros, herencia de Violette que nació en Suiza. Entre su oferta se puede encontrar la Tarta de Selva Negra o la mousse de chocolate blanca y negra.

  9. Chez Lyon

    Este local lleva años haciendo una cocina clásica, tiene el encanto del bistró francés acompañado de una música suave ideal con la que consigue crear una atmósfera íntima y acogedora.

    Su cocina no es de diseño, es más bien un estilo «brasserie» donde la comida tiene un toque afrancesado pero sin dejar de ser nacional. En su carta se pueden encontrar platos como alcachofas gratinadas, el tradicional confit o Entrecotte Grillé, aunque como todo buen restaurante francés que se precie no pueden faltar en su carta los crépes, en este caso de verduras gratinadas. Los productos para elaborar sus platos proceden tanto de España como importados del país vecino.

    La decoración es clásica y tiene su atractivo en que ha conseguido trasladar a la capital valenciana el encanto de los restaurantes franceses del sur del país, en los que domina la madera, los colores cálidos, las botellas de vino y la luz tenue. Un viaje a la Francia más clásica sin salir del centro de Valencia.

  10. Alma del Temple

    Otro tipo distinto de historia hace que este restaurante con solo dos años de vida merezca ser incluido en esta lista. Alma del Temple ha sido elegido como uno de los diez restaurantes más bonitos del mundo según los Restaurant & Bar Design Awards. ¿El motivo? Salta a la vista, ubicado en los cimientos de la muralla árabe más grande de la ciudad de Valencia que en el siglo XII delimitaba el perímetro de la ciudad y que, integrado en la sala, ha quedado listo para ser expuesto. Aquí arte e historia conviven.

    Su cocina es mediterránea y creativa, en su carta predominan platos tradicionales mediterráneos junto a las nuevas interpretaciones de éstos que hacen sus dos jefes de cocina, Carlos Vidriera e Isaías Cercós, ambos formados con chefs de renombre como Paco Roncero. La carta combina platos tradicionales valencianos como arroces o el «all i pebre» con reinterpretaciones en sus bases y acompañamientos.

    Se trata de una cocina ecléctica que ofrece desde una hamburguesa (Templeburger) o Nuggets de pollo satay, pasando por un Arroz meloso de carabineros, un Lomo de buey Marqués de caro o un Pescado de la Lonja de Valencia y finalizando con postres caseros como su tarta de queso Alma Cheesecake o los tradicionales buñuelos de calabaza valencianos. Todo esto tratado desde una perspectiva completamente nueva que hará irreconocibles los platos.

    Está recomendado por la Guía Michelin 2015.

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