TRIBUNALES
Condenan a 23 años de cárcel al joven que mató a su exnovia en El Cabanyal
El autor del crimen asestó veinte cuchilladas a su víctima
La Audiencia de Valencia ha condenado a 23 años de prisión al joven acusado de la muerte a puñaladas en noviembre de 2013 de su exnovia, a la que atacó cuando ella caminaba por la avenida Blasco Ibáñez de Valencia y después de que la mujer se negara a reanudar una relación que había dado por zanjada.
El jurado popular que juzgó los hechos había declarado culpable a Juan Antonio A.M., de 32 años, por el asesinato de Empar B.C., que contaba con 26, de la que era exnovio y sin que constaran antecedentes judiciales de violencia entre la pareja.
Según se declara probado, Juan Antonio había mantenido una relación sentimental estable con Empar durante unos siete años, llegando a convivir juntos en el domicilio de los padres de ella, en Valencia, durante casi dos años.
En agosto de 2013, la joven puso fin a su relación, aprovechando que su novio se había marchado unos días a Cieza (Murcia), donde vive su familia.
Tras la ruptura, él volvió a Valencia, se instaló en un piso compartido en la localidad de Mislata (Valencia), y trató de reanudar su relación con la chica, que se negó a ello y había iniciado una nueva relación con otra persona.
Juan Antonio no aceptó el fin de la relación y trató de contactar con la mujer con mensajes de móvil y correos electrónicos y la llamó por teléfono, pero ella le rechazó de nuevo.
El acusado decidió entonces acabar con la vida de su expareja, para lo que el 25 de noviembre de 2013, compró un cuchillo de grandes dimensiones que se guardó, y al día siguiente llamó al Instituto de El Cabañal, donde estudiaba Empar, para averiguar su horario.
Sobre las 16.15 horas del día 27, esperó a la joven por los alrededores de la estación de El Cabañal de Valencia, apostado entre coches aparcados en un descampado y con el cuchillo.
Cuando Empar se dirigía caminando al instituto, la abordó por sorpresa e interpuso en su camino.
Sacó el cuchillo y, agarrándola para asegurarse de que no pudiera escapar, empezó a acuchillarla.
Como consecuencia de la agresión, la mujer sufrió 26 lesiones, de las que 20 fueron cuchilladas en diversas partes del cuerpo y una penetró profundamente en la cavidad torácica y afectó a pulmones y corazón.
Según la sentencia, facilitada por el Tribunal Superior de Justicia valenciano, el resto de las puñaladas era "innecesario para causar su muerte", y con ellas el acusado "solo pretendía provocar en ella un mayor sufrimiento".
La agresión tuvo lugar, además, "sin que Empar se lo esperara ni tuviera la más mínima posibilidad de defensa, ya que sólo tenía sus manos y brazos frente al ataque sorpresivo con el cuchillo".
El escrito destaca la "complexión liviana, pues medía un metro sesenta centímetros y pesaba 46 kilos", de la chica frente al procesado, "más alto y de complexión más fuerte, lo que favorecía la realización de su plan".
La víctima falleció "en cuestión de minutos" por una hemorragia aguda, y su atacante, tras el crimen, "no se entregó a las autoridades, sino que salió corriendo, tirando el cuchillo por el camino", aunque fue recuperado por los agentes de la Policía Nacional.
El agresor fue perseguido en su carrera por un vecino que bajó a la calle y, al verle huir, salió corriendo tras él, le alcanzó y redujo hasta la llegada de la Policía.
El veredicto señala que el acusado decidió matar a su expareja porque, "tras haber mantenido una relación sentimental estable, no aceptaba la ruptura decidida por ella", y lo hizo "sabiendo lo que hacía y pudiéndolo evitar".