CASTELLÓN
Castellnovo: «Los pueblos pequeños dejaríamos de existir»
Las diputaciones suponen para muchos pequeños municipios la fuente de la que obtener las mejoras a las que no llegan desde los ayuntamientos. En el caso de Castellnovo, con una población de unos mil habitantes, cuentan cada año con alrededor de 700.000 euros de presupuesto mínimo. Su alcaldesa, María Teresa Gonzalvo, resume la situación con una afirmación: «Sin el apoyo de un ente público grande no podríamos hacer nada».
La ampliación de competencias a los consistorios como posible alternativa no sería, en su opinión, la medida más acertada. «No podemos abarcar más porque nos encontramos muy limitados, sobre todo en cuestión de personal. Sin contratar a más gente, determinadas gestiones que sí que realiza la Diputación no serían posibles», apunta.
Tampoco considera una solución la fusión de ayuntamientos porque, indica, supondría «la desaparición de pueblos pequeños por la pérdida de identidad y de determinados servicios básicos».
El 90% de las obras de mejora que se han realizado en Castellnovo durante esta legislatura han sido subvencionadas por la Diputación con más de 850.000 euros. Entre ellas, destacan dos tramos de accesos por carretera y la piscina municipal. También han comenzado con la rehabilitación de una de las torres del castillo, que en el siglo XV perteneció a Beatriz de Borja.
Algunos vecinos de la localidad también se posicionan a favor de las diputaciones, como Sonia, una trabajadora de una empresa que proporciona prendas de ropa a la entidad y para quien estas compras son un ingreso básico.