El mejor Palau de les Arts

La consellera Catalá tiene una oportunidad en mitad de la gravísima crisis que envuelve desde este martes al Palau de les Arts. Por lo visto, la intendente Schmidt ha podido cometer algunas irregularidades graves por las que tendrá que responder ante la justicia –cada palo aguante su vela- y desde la Conselleria ya están buscando quien la sustituya al frente de la ópera valenciana.

Al margen del trabajo que haya realizado Schmidt, no me siento capaz de valorarlo, sé que esta mujer forma parte de un reducido grupo de profesionales cualificados para ocupar un puesto como el que ocupa. Sé que en los orígenes cobraba ni más ni menos que 180.000 euros al año y que luego, la crisis, le recortaron la cosa hasta los 60.000. Un sueldo muy bajo en su sector.

El problema para la consellera será decidir si mantiene ese perfil salarial para el sustituto o no. La cuestión se me antoja difícil porque haga lo que haga la van a poner a bajar de un burro. Es que aquí en Valencia somos así.

Lo único que tenemos que tener en cuenta es que de esa decisión se derivarán consecuencias. Si opta por el low cost, tendremos un palacio de la ópera low cost. Y si opta por un gran fichaje, tendremos que exigir un Palacio de las Arts en la primera línea mundial. Ni en el primer caso podremos exigir lo segundo, ni en el segundo permitir lo primero.

Me parece que cuando el palacio de la ópera se despellejo estábamos asistiendo a un síntoma de la enfermedad que sufría. Ahora que hemos puesto en marcha un tratamiento definitivo para devolverle su piel, igual es el momento de ser ambiciosos y además de bonito, hacer que sea bueno. El mejor.

Evidentemente, conseguir esa programación , la mejor, tendrá costes añadidos. Pero tengo la sensación de que Valencia ha estado en el mapa de la ópera durante algunos años y creo que eso es bueno para la ciudad y para sus ciudadanos. Además, el principal gasto está asumido, el palacio está construido y eso supone una oportunidad que deberíamos aprovechar.

En fin, que la consellera tiene ante sí un duro dilema. Por si le sirve de algo mi opinión, yo, sinceramente, creo que nos merecemos el mejor continente y los mejores contenidos. Nos merecemos el mejor Palau de les Arts.