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A la caza de un hueco
Todos los partidos están buscando un hueco para salir a la palestra mediática. A mi entender hay más oferta que demanda, y por eso algunas veces el «histrionismo» en propuestas o eslóganes van más a la caza del titular que realmente a una demanda social propiamente dicha recogida por el avispado político de turno.
El PPCV tiene el discurso claro y tranquilo: ofrecerse como el partido de la responsabilidad, de las reformas y de la lucha contra la corrupción, añadiendo, claro está, que para combatir la corrupción y establecer líneas rojas, es porque ha habido corruptos y gente que se ha extralimitado en sus funciones. El discurso popular sirve si hay humildad, si se reconocen los errores y se abandera de verdad el discurso de la Regeneración Política. Mientras los resultados de empleo y macroeconómicos acompañen, más solidez tendrá tal opción.
Me gustó mucho la puesta en escena del acto del PSPV con sus juventudes del pasado domingo en el Sporting Club de Russafa, todo estaba envuelto de un rollo «hipster» y de camisas de cuadros. Lo que no me cuajó fue el titular que recogieron los medios donde Ximo Puig, sentado en un sillón orejero al más puro estilo de un abuelito ceboleta contando batallitas a sus nietos, les recriminara a sus jóvenes «que se levantaran del sofá» y participaran de la política. Ximo, eso lo puede decir y queda muy bien, pero no lo haga usted sentado en un sillón.
La opción que se lleva la palma en eso del desvarío por el titular es Compromís con sus lideresas, Oltra y Mollà, porque Morera prefiere el plano discreto ante las ocurrencias de sus compañeras. Las dos «M» han tenido una semana de aúpa: rajes contra la educación concertada, con patada incluida y hastag de Mireia Mollà, bromas sobre que se van a comer a los niños por parte de Oltra y, cómo no, la tan manida y rancia «persecución» a la asignatura de religión, todo aliñado con la vuelta al redil de portavoz de su diputado ebrio. Además, se ha puesto de nuevo de manifiesto esa bicefalia de poder, o mejor dicho de egos, entre Oltra y Morera, la primera diciendo que prefiere gobernar con Podemos y el segundo con los socialistas. Coherencia en estado puro.
Por último dentro del sector «blavero» se presentó ante los medios una opción política llamada «Som Valencians», quienes se pegaron el vacile de que representan la opción que demandaban los empresarios o, mejor dicho, Boluda. Me apuesto a que Boluda ni los conoce ni se ha enterado de esa película