Empate sin brillo entre Málaga y Villarreal

Suelen refrescar con su fútbol, porque es alegre y valiente, el Villarreal y el Málaga. Por cartel, se aventuraba un encuentro de los buenos, de calidad, pero se quedó a medias, quizás por el respeto rotundo que se tenían unos y otros. El asunto estuvo entretenido, aunque falto de ese punto más que a menudo ofrecen. Cerraron el negociado en empate. Y la sensación del tramo final fue de que lo daban por bueno. Lo que Jonathan dos Santos logró en la prolongación del primer acto, Amrabat lo replicó a la hora de juego. Sin embargo, el duelo acabó perdiendo fuelle, metiendo cada conjunto un punto más en su zurrón y manteniendo la sexta y séptima plaza de la Liga.

Marcó el Villarreal en La Rosaleda en uno de esos momentos que duelen especialmente, de los que se conocen como psicológicos. Casi se veían los futbolistas en el vestuario en el descanso cuando Cheryshev profundizó por el costado izquierdo desbordando a Rosales, centró sobrio y fuerte, y en el intento por despejar la zaga malacitana el balón cayó ligero para que Jonathan dos Santos volease cruzado en el segundo palo y marcase. Lo siguiente a ese instante frío y desconcertante para los locales, y de celebración visitante fue el final del primer acto.

Lo que hubo antes fue un tramo de partido competido, vivo, veloz, en un frente a frente de dos estilos parejos en muchos aspectos e igual de eléctricos. Quizás pisó en más ocasiones el sector del campo rival el Málaga. Pero de fondo, unos y otros erraron en lo mismo: la eficacia y la clarividencia en los últimos metros. Cuando lograron encarar portería, bien Kameni, bien Asenjo aparecieron para hacer notables su trabajo bajo palos.

Regresó el equipo de Gracia con pujanza hacia la meta villarrealense. El caso es que la temperatura del partido subió camino de la hora de juego. Un centro por la izquierda del ataque malagueño acabó con un remate de Darder que acabó en gol en una acción en la que la defensa salió al fuera de juego. En posición ilegal estaba Amrabat, que influía en la visión de Asenjo. Jaime Latre dio validez al gol en un primer momento, pero a consultas con sus asistentes lo anuló para cabreo local. En la jugada siguiente, no obstante, el Málaga jugó en largo y Amrabat salió a la carrera en posición reglamentaria y batió en el uno contra uno a Asenjo para empatar.

El serial de cambios sucesivo refrenó el ritmo de juego. El Villarreal procuró mover el balón y gestionar con paciencia, incluso con excesiva cautela, sus alternativas en ataque. Mientras el conjunto andaluz buscó recuperar y jugar rápido, pero por momentos se perdía en la falta de precisión frente a una defensa seria. Al final, la sensación fue de entrega de armas y de que se dio por bueno el empate.