LIGA BBVA
Soporífero empate entre Levante y Deportivo
Gris encuentro en el Ciudad de Valencia, en el que el conjunto coruñés ofreció algo más pero sin eficacia alguna ante un buen Mariño (0-0)
![Soporífero empate entre Levante y Deportivo](https://s3.abcstatics.com/Media/201501/09/levante%20deportivo--644x400.jpg)
Rivales directos por escapar, por meter puntos de por medio sobre la zona de descenso. Ese escenario en el que viven Levante y Deportivo les dio para hilar un partido gris, espeso, de miedos a la derrota y exento de argumentos destacables. Partido aburrido en el Ciudad de Valencia. Con un marcador que no se movió a lo largo de un encuentro de los que el parroquiano o el espectador neutral se olvida pronto. En justicia, el Depor le puso algo más de vida y sustancia, pero sin efectividad.
El Deportivo le puso algo más de sustancia a una primera mitad aburrida en el Ciudad de Valencia. Chispazos coruñeses que evitaron tímidamente que el sopor agarrase al personal. Inocuos los locales en lo ofensivo, al menos procuraron no errar atrás. Los gallegos generaron lo único «jugoso» antes del descanso. Cavaleiro, Cuenca y Toché merodearon las proximidades de Mariño, que estuvo atento para atajar algún centro peligroso.
Pidió el Depor manos en el interior del área azulgrana en dos ocasiones. Acertó Pérez Montero al no señalar penalti en sendas acciones, pues no hubo. Lopo, en una acción a balón parado que botó Cavaleiro a poco del fin del primer acto, remachó y metió el esférico en la red de Mariño. El defensa visitante estaba en fuera de juego y el línea captó la acción, que quedó anulada. En el descanso, dos asuntos debían revisar unos y otros: darle más vida al partido -sobre todo los locales- y romper el empate a nada.
Se mantuvo el Deportivo en una línea similar, más o menos vivaz, ya en el segundo tiempo, mientras el Levante, que jugaba en su estadio y su parroquia le pedía más, no salía de lo gris y del escaso argumentario. Mal partido. Decidió Lucas Alcaraz cambiar algo pasada la hora de partido -dio la vez a Rubén y El Zhar-, pues si algo hubo fueron acciones de peligro deportivistas. Sidnei encontró a un buen Mariño, concertado siempre, y Cuenca desaprovechó una acción en la que pudo combinar con José Rodríguez para adelantar a los gallegos.
Era partido de miedos, de respeto, de agobio por la derrota ante un rival directo en esa zona peligrosa que empujaría hacia los infiernos. Jugó cómodo, aunque sin lo importante, la eficacia, el Deportivo. El escurrir del tiempo le dio para pensar que sacaba un punto en el estadio de un igual. El negociado se acababa y entonces al Levante le daba por desperezarse un poco. Un clásico en este tipo de encuentros. Pero el caso es que respecto a los cambios en el marcador no hubo noticias.