A Boris Izaguirre le gustan las mujeres... «capaces de tomar decisiones masculinas»

Boris Izaguirre es un nombre que ha trascendido en la literatura y la televisión. Es escritor, guionista, periodista, colaborador de prensa y presentador de televisión. El hecho de ser viajero empedernido y de haber vivido en muchas ciudades, desde su natal Caracas, Madrid, Londres o Miami, hacen que tenga un bagaje cultural muy amplio y una visión de la vida muy bien definida porque “no hay contradicción en hacer cosas diferentes”, justifica el venezolano y español.

Este viernes ha vuelto a la capital de la Plana, invitado por la Fundación Caja Castellón, para presentar “Un jardín al norte”, la historia real de amor entre Rosalinda Fox y el diplomático español Juan Luis Beigbeder que sirve de guía por los acontecimientos del mundo de entreguerras, a través de la India colonial, el Tánger del Estatuto Internacional o el Madrid de posguerra plagado de espías.

Rosalind Fox, recuerda Izaguirre “fue una mujer que atravesó momentos decisivos del siglo XX y lo hizo con un ímpetu y una audacia que nos podrían servir de ejemplo para sortear estos años de incertidumbre del siglo XXI. Tuvo la suerte de atravesar y vivir momentos tan interesantes como el proceso independentista en India, donde vivió una parte de su infancia. Luego su vida entronca con la Guerra Civil porque se enamora de uno de los personajes protagónicos del conflicto, Juan Luis Beigbeder. Todo escritor vive persiguiendo una historia y Rosalind Fox hizo historia”. Y creo que este “es sin duda mi mejor libro”, añadió.

“Rosalind Fox me atrapó desde el instante que descubrí que ocultaba su fecha de nacimiento. Ese gesto, tan coqueto y manipulador al mismo tiempo me sedujo muchísimo. De inmediato pensé que una mujer así sería capaz de ocultar, arreglar, alterar muchas cosas sobre su vida para convertirla en la vida que realmente hubiera querido tener. Y en ese espíritu de "corta y pega", digamos, escribí la novela. No siempre podemos construir la vida que creemos que nos merecemos, pero personas como Rosalind Fox, inasequibles al desaliento, se lo proponen. Y lo logran. Y luego tienen la suerte que un enamorado, casi un siglo después, se entusiasma y le escribe una novela para contar esa vida fabulosa pero con destellos importantes de realidad”.

Izaguirre comentó que “se supone que vivir de esa manera hizo de Rosalind Fox una mujer moderna, pero en realidad no tengo tan claro que en nuestros tiempos, el adulterio, el llevar una doble vida sentimental, sea comprendido ni tolerado. Infinidad de jóvenes tienen pavor a la infedilidad. Muchas parejas continúan considerándolo causa de separación. Rosalind y Beigbeder creían que cada uno era el amor definitivo en la vida del otro. Ese tipo de conflictos siempre generan en mí una curiosidad que me impulsa a escribir.”

En cualquier caso el autor opina que “estoy encantado de haberla convertido en una versión adulta, bastante real, de una supermujer del siglo XXI, como muchas de mis amigas, una mujer capaz de tomar decisiones masculinas.