DEPORTE FEMENINO
Celeste Paz: Pujanza brillante en el pádel
La palista argentina, que es junto a Carla Mesa «top ten» del mundo, desgrana su creciente trayectoria
Enredada está desde temprana edad en el deporte. Y la praxis de unas y otras disciplinas le llevaron a la que hoy le brinda su dedicación: el pádel es su vida. Pero lo hace desde el alto rendimiento, encaramada junto a su pareja de juego en el «top ten» del ranking mundial de las palistas femeninas. La argentina Celeste Paz (Necochea, Buenos Aires, 31/10/1983) es una de las figuras de este deporte que han pasado por la prueba del World Padel Tour en Valencia. Una lesión de su compañera, la canaria Carla Mesa, en el primer encuentro impidió que el recorrido fuese más largo en el Open que acoge el Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Celeste, pausada y clara fuera de la pista, muestra siempre ese nervio competitivo vital cuando entrena o compite. Y su ensoñación, de la mano de Carla, le lleva a pensar en crecer hasta estar, al menos, entre las cinco primeras parejas del mundo.
El vínculo de la argentina con el deporte comenzó a los cinco años. Entonces brillaba en gimnasia deportiva. A ello se dedicó hasta los ocho años. La base física que adquirió fue fundamental luego para las disciplinas que practicó siempre en el alto rendimiento: atletismo, natación, balonmano,... especial fue su paso por el voleibol, alcanzado la Primera división de su país. La pala, le venía de casa, la cogió por primera vez a los doce años. Empezó entonces su idilio con el pádel. «Lo jugábamos todo; pero en esa época no había campeonatos a nivel Mundial. Cuando pasé a Primera, con 16 años, lo dejé, porque no teníamos apoyo de ningún sitio, pese a que lo ganábamos todo. Estuve ocho años sin tocar la pala».
Tiempo más tarde, llegó España por vacaciones, pero acabó afincándose en Madrid. «Estuve ocho años sin tocar la pala, pero al año de estar acá, unos amigos que jugaban me alentaron a practicar de nuevo a nivel aficionado. Al principio no quería, pero acabé jugando. Mis amigos me decía que debía dedicarme a esto», recuerda Celeste de ese reencuentro con el pádel hace cinco años.
«El deporte es mi vida»
Sucedió que volvió a engancharse. «Empecé a entrenar hasta que vi un momento en el que me cogí de nuevo muy fácil. Nunca había entrenado con dedicación, con entrenador, con preparadores, de una manera más profesional... Yo misma flipé un poco y aprendí cosas que ni sabía. Entrené con grandes figuras. Ahora entreno con el chileno Fernando Muñoz, que viene de la escuela de Nito Brea. Estoy encantada y aprendiendo todos los días un poco más», explica, al tiempo que subraya que «el mundo del deporte para mí siempre ha tenido prioridad; siempre empecé otras cosas (trabajó en televisión), pero acabé haciendo deporte. Podríamos decir que es mi vida».
El movimiento del pádel arrancó con fuerza en Argentina y junto a España son las potencias de este deporte. Brasil viene creciendo en la disciplina. «En Argentina, se hicieron muy fuertes los jugadores porque llevan una buena diferencia de años jugando. Yo, de hecho, si no lo hubiese dejado ocho años, imagínese todo el recorrido que podría haber tenido».
Cuenta Celeste que tiene la suerte de dedicarse en exclusiva al pádel: «Este mismo año 2014, me fui a vivir a Barcelona y estoy en el Slam Pádel Collbató. Tuve suerte porque estoy de imagen de ese club, trabajo, tengo equipo de competición... me permite no tener que dar tantas horas semanales de clase como para además de entrenar tres horas (o cuatro y media si sacamos un partido al día) tener además que dar cinco horas de clase. Luego, es clave que me muevo y busco y consigo patrocinadores, si no sería imposible».
Carla Mesa: pareja ideal
La palista concreta las diferencias que existen entre los circuitos masculino y femenino y resalta que aunque se ha ido profesionalizando no todos los jugadores viven de ello. «Los chicos viven de esto un poco mejor, sobre todo las parejas de arriba, las ocho primeras. Pero en todo caso hay diferencias con nosotras, porque tienen el doble de torneos y el reparto de premios es mucho más elevado; aproximadamente se reparte el triple más en categoría masculina. Nosotras entrenamos exactamente las mismas horas y de la misma manera y hay mucha diferencia. No recuperas lo que inviertes», cuenta.
Celeste, imagen del pádel femenino, que trabajó en televisión, vuelve a estar enamorada de su deporte. Confiesa que con la unión esta temporada con Carla Mesa «es la primera vez en estos cinco años desde que regresé que estoy disfrutando de lo que es el deporte, de jugar y disfrutar dentro de una pista. Con Carla nos encontramos en ese punto en el que nos divertimos, nos reímos, competimos, nos vaciamos en cada punto. Un día puedes jugar mejor o peor, ganar o perder, pero salimos con buenas sensaciones. Encontrar tu pareja ideal es muy difícil».