LLETRAFERIT
Hacia el relevo generacional
Durante estos días he tenido la oportunidad de viajar por Argentina, un país que, como todos, tiene sus filias y sus fobias. Entre la cercanía de sus gentes y el desastre, resignado, de muchos servicios públicos, y una corrupción ya establecida. El argentino te habla con pasión de la situación política y de como se "mercadea con la plata", con toda una economía paralela a la oficial que funciona en las principales capitales. El año que viene hay elecciones presidenciales. Cristina de Kirchner ya ha cumplido sus ocho años de mandato, pero ya se prepara un relevo que aunque distinto en el nombre, según argumentan, será igual en el fondo.
A destacar estos días de viaje la excepcional línea wifi que goza la capital porteña, línea wifi donde ya no estupefacto leí y releí sobre la tan ya manida "Trama Púnica", otra corruptela rancia creada en la Villa y Corte madrileña y con lazos en diferentes provincias, donde como no a los valencianos siempre nos toca alguna "pedrea" a través de una empresa de posicionamiento web y redes sociales.
Leo en la prensa exterior que para los mercados internacionales ya ven a España como un país con una creciente estabilidad económica pero con una inquietante preocupación por una posible inestabilidad política generada por propuestas populistas o extremistas. Mientras aquí en Argentina se lamentó la victoria brasileña de Dilma Rousself y la oportunidad perdida de abrir un camino liberal, ellos esperan deshacerse del populismo rancio que les ha llevado a una inflación galopante y a una moneda devaluada se extraña como en España nos dejamos atraer por políticas de aulario, totalmente irreales para ser un país relevante y con peso específico internacional.
La corrupción, como manifiesta el CIS, es una de las mayores preocupaciones entre los ciudadanos, es cierto que los parlamentos, y el valenciano a la cabeza han aprobado medidas para la regeneración política y la transparencia, pero esas leyes parlamentarias no llegan al ciudadano, que sí ve a diario en los mass media actuaciones curtes, rastreras y chorizas como las de la última trama. Hace falta ya un golpe en la mesa, decir las cosas por su nombre, expulsar a los maleantes, dar una imagen total de ejemplaridad y ofrecer ya un total relevo generacional en los cargos públicos. Actuar desde ya.