Economía con nombre de mujer
Silvia, Elena y Mª Eugenia dejaron la comodidad de la capital para instalarse en un pueblo. Hoy sus empresas son «ejemplos de buenas prácticas»
Actualizado: GuardarSilvia, Elena y Mª Eugenia dejaron la comodidad de la capital para instalarse en un pueblo. Hoy sus empresas son «ejemplos de buenas prácticas»
1234Emprendiendo en el campo
La gran mayoría de las empresarias rurales tiene tras de sí una historia ligada a su municipio, pero no ocurre siempre así. Elena Señor, Silvia Alonso y María Eugenia García son tres ejemplos de mujeres que, sea por vocación o por circunstancias de la vida, un día cogieron la maleta y se plantaron en un pueblo de Castilla y León, en algunos casos ajeno completamente a ellas, para empezar su vida de cero ligada a un nuevo negocio emprendido con ayuda de los fondos europeos Leader.
Según la Red de Emprendimiento e Inserción Laboral Redmur, ligada a la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales, casi la mitad (el 46,5 por ciento) de los proyectos empresariales de personas físicas llevados a cabo con los últimos fondos Leader ha sido creados por mujeres. Asimismo, ocho de cada diez se encuadran en el marco de pequeñas y medianas empresas y servicios, vinculadas fundamentalmente al patrimonio y al turismo. Los proyectos emprendidos por Elena, Silvia y María Eugenia, una clínica veterinaria, un centro de formación y una casa rural, puestos en marcha con ayudas de 9.000, 97.000 y 73.000 euros respectivamente, tienen en común haber sido elegidos como ejemplos en el «Manual de buenas prácticas de desarrollo rural» publicado por los Grupos de Acción Local para el marco de ejecución del proyecto Leader 2007-2013.
Elena Señor - Socia del Cenetro de Formación Foregeria: «Hay que profesionalizar el campo. Es una opción válida»
Una enfermedad en la vista llevó a Elena Señor a quedarse en el paro. «Había trabajado siempre en la enseñanza privada y al quedarme sin visión tuve que renunciar». Lejos de amedrentarse, consiguió reinventar su profesión y junto a su socia, Elena Olmedo, puso en marcha hace ya cinco años en Geria el Centro Multidisciplinar de Ocio y Formación Forgeria, después de habilitar una antigua panera próxima a su vivienda. «Pasé de vivir en el Paseo de la Habana, en Madrid, a Geria. Mi madre había sido empresaria agrícola allí y tengo una carga emocional muy grande respecto a mi pueblo. Además, la idea de que en un pueblo se puede encontrar calidad de vida y empleo me dio la energía extra que necesitaba para emprender».
Dicho y hecho. El centro está especializado en idiomas, fundamentalmente inmersión lingüística, psicopedagogía y orientación familiar y servicios de asesoramiento en accesibilidad, donde se quiere abrir un hueco en el sector del turismo inclusivo. «No surgimos como una empresa social, sino cultural», pero el devenir de las cosas ha cambiado el perfil de este centro que, además de ser ejemplar en la gestión de los fondos Leader, en 2012 recibió el Premio de Igualdad de Oportunidades de la Diputación de Valladolid. No obstante, Elena cree que a la hora de emprender en el medio rural es tan difícil para un hombre como para una mujer. «La clave está en apostar por la profesionalización del campo. Es una opción válida que no se está consiguiendo».
Silvia Alonso - Veterinaria en El Barco (Ávila): «Sigue habiendo machismo en el sector ganadero hasta que te haces un hueco»
«Desde pequeñita quise ser veterinaria y vivir en El Barco», recuerda Isabel Alonso, quien hace quince años no dudó en coger la maleta y abandonar su Andalucía natal para instalarse en el municipio de su familia materna, donde siempre había veraneado. Primero comenzó a trabajar junto a otro veterinario y más tarde con una empresa ganadera de Béjar. «Cuando empecé a trabajar con vacas sí que notaba que cuando acudía a hacer una cesárea me miraban extrañados. Sigue habiendo mucho machismo en el sector ganadero hasta que te haces un hueco». El próximo mes de marzo hará tres años desde que Isabel tomó la decisión de ser su propia jefa. ¿Un acto heróico en un pueblo? «Creo que más bien tiene que ver con la profesión que desarrolles. A mí me han acogido muy bien».
Aunque tenía pensado montar el negocio igualmente, disponer de los fondos europeos supuso a esta joven empresaria un «alivio» porque pudo incorporar las últimas tecnologías a la clínica y, además, ponerla en marcha en menos plazo de tiempo. Después de haber residido en Madrid, Córdoba, Cádiz, Málaga y Sevilla, entre otras capitales, tiene claro que su vida ideal está en el medio rural. «Más adelante, cuando mi hija crezca seguramente tenga sus desventajas pero ahora no las veo y se está pudiendo criar en un ambiente con una libertad fabulosa». Además, el negocio le marcha viento en popa: «Me han acogido muy bien y desde este verano estoy percibiendo que la gente ha salido de la crisis. Al final, tener una mascota es un lujo y cuidarla, más todavía».
María Eugenia García - Empresaria de Turismo Rural: «Mucha gente piensa que soy poco menos que una heroína»
Había residido toda su vida en Madrid, pero María Eugenia García sintió la necesidad de cambiar de aires, así que se montó en su coche y, circunstancias de la vida, terminó en Villanueva de Campeán, en pleno Camino sanabrés. «Me pareció que Zamora era una provincia muy agradable. En principio, pensé en vivir en alquiler por si no me adaptaba al cambio y buscando un municipio cerca de Salamanca, donde estudiaban mis hijos, me encontré con Villanueva. Fue casi una predestinación».
Ahora ya no se acuerda de la capital madrileña para nada. «El cambio ha sido fantástico y no me ha costado nada». Siempre tuvo en mente abrir un negocio y finalmente se decantó por una casa rural, La Posada del Buen Camino, otro de los proyectos señalados como «ejemplares» del último periodo Leader. «Lo más duro fue tener que pelearme sola en un mundo de hombres. Desde el arquitecto, al constructor o el fontanero. Durante dos años estuve viviendo en un mundo masculino en el que llegué a pensar que me tenía que poner el tricornio y el bigote porque es verdad que siendo mujer te comen».
Ahora, con la casa rural ya en marcha sólo ve «ventajas» en el medio rural, pese a que «mucha gente considera que soy poco menos que una heroína». «Aquí la vida es más cómoda, fácil, tranquila y te permite el lujo de ser, casi, autosuficiente. Es verdad que hay un cierto aislamiento pero a mí no me importa demasiado». ¿Y las desventajas? «Quizá el tema de los recursos sanitarios, pero, sinceramente, no hecho de menos la vida en ningún tipo de urbe». El pasado 15 de agosto hizo un año que La Posada del Buen Camino está en marcha y María Eugenia se muestra encantada con la marcha del negocio. «Desde un principio tuve claro que mi público objetivo no podía ser zamorano, que, por lo general está muy arraigado en su casa y sus costumbres. Tengo muchos clientes asturianos, vascos, y al estar en el Camino de Santiago, también extranjeros».